Kim Taehyung, el hijo del director de un instituto para ricos, hace lo que quiera cuando le venga en gana, incluso con un profesor en específico que atrajo bastante su atención
➳Taegi
➳Smut : lemon
➳One-shot
TRIGGER WARNING:
La intención de este Fa...
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Estaba ordenando sus cosas luego de que una clase acabara, pero alguien tocó la puerta del aula.
―Profesor Min, lamento molestarlo, pero el director solicita su presencia en su despacho ahora.
Respondió al comunicado de su compañera de trabajo con un asentimiento de cabeza, seguido de una reverencia. Ella respondió con otra y se despidió, perdiéndose en el pasillo.
Su jefe solía ser un ingrato seguido. Yoongi, siendo el profesor de música, era un máster en sus clases, muchos de sus alumnos lo adoraban por sus clases dinámicas y de alta calidad. Lograba que de a poco los jóvenes tomaran en serio la asignatura, que podrían dedicarse si aquello les llenaba el corazón; enseñaba vocación, amor por la ciencia musical y además generaba grandes resultados. Aún así, su querido jefe no deseaba darle fondos. Muchos instrumentos había que arreglar, barnizar y asear, otros darlos de baja pero no se podía debido a la carencia. Le odiaba, pero con fundamentos. Bueno, además de que tenía un salario considerablemente bajo, que tomando en cuenta de que daba clases en un instituto privado, era una estafa. Sus cuentas se estaban viniendo abajo luego de arriesgarse a comprar un departamento propio, y estaba bastante preocupado.
En toda esa nube espesa de pensamientos llegó en un par de segundos a la oficina. La puerta estaba entreabierta y aquello de inmediato le sorprendió, abriéndola de a poco para marcar presencia únicamente al viento. El escritorio a un lado se encontraba vacío, con muchos papeles desordenados que mientras el caballero de casi treinta años se dedicaba a curiosear.
―¿Busca algo, profesor? Se da la vuelta rápidamente, una respuesta inmediata sin prestar atención al tono que una vez se encuentra de espaldas al escritorio con ambas palmas a cada lado de sus caderas, sus dedos con uñas cortas aferrados al barniz del mesón. Frente a sus ojos se encontraba aquel muchacho desagradable. Tremendamente desagradable, el hijo del director en persona, con su mirada socarrona de siempre.
Y recordó otra gran razón de repulsión a su jefe. Era prioritario con su hijo, el muchacho tenía el cabello color rojo que destacaba aún más con el uniforme de colores pálidos y leves tonos de negro para acompañar. El niño era reconocido en cada pasillo que estuviera, tenía altas notas en todas las artes por mérito, pero en clases teóricas el director chantajeaba a sus colegas para elevar al hijo en lo más alto. Ellos gustaban del dinero, pero Yoongi jamás le subió una nota, y por ello a “Kim Taehyung” apestaba en artes musicales, era su peor ramo que manchaba a los demás promedios perfectos por décimas. Suponía que tal vez se ganaba todo el mal trato por no querer ser corrupto, pero no se iba a doblegar tan fácilmente.
―Nada que sea de su interés, Joven Kim. Esperaba a su padre que me ha mandado a llamar ―el rostro del joven se iluminó, apareciendo en sus comisuras una sonrisa amplia, con un toque de esa actitud de superioridad que Taehyung siempre tenía.
―¿A una reunión, profesor? ―preguntó mientras se acercaba de a poco al más bajo― es una lástima, mi padre se tuvo que ir antes hoy.
―¿Cómo lo sabe? ―Me ha avisado. Le han llamado de casa urgente, mi madre ha enfermado.
