La Voluntad De Benjamín.

Capítulo 43

Cierro la maleta lentamente y me quedo quieto unos momentos con la carpeta que me dio Josh. He sido incapaz de abrirla. El dolor del pecho que aumenta cada vez más es como un recuerdo de que esto es real. Muy real. Cierro los ojos con fuerza y respiro un par de veces para calmar mi ansiedad como me enseñó el psiquiatra.

-Sabes que puedes quedarte en la casa el tiempo que quieras, ¿Verdad?.

Abro los ojos y bajo la maleta de la cama dispuesto a irme.

-No te preocupes Leyla, de todas maneras Kleith se quedará conmigo en mi departamento durante un tiempo.- hablo tratando de sonar más relajado.

Leyla va a protestar pero decide callarse. Ha vuelto a la normalidad, ahora lleva un vestido elegante y su cabello cae con gracia en su espalda.
He pasado otra semana en el hospital porque los doctores querían estar seguros de que la contusión que sufrí en la cabeza no era severa. Aunque algo me hace sospechar que en realidad se debe a lo sucedido con Lissel y su desconfianza a que me quedara solo. Me costó convencer a Leyla que estaba seguro de irme a mi departamento en lugar de volver a la casa de mis padres. A Kleith podría soportarlo, pero a las personas que viven con ellos jamás.

-Es hora de irnos- me sonríe amable.

Christopher se acerca por la maleta y se la entrego de buena manera. Salgo de la habitación del hospital por primera vez en casi tres semanas con la carpeta en mano y camino lentamente por los pasillos sintiendo la tristeza devastadora que ha comenzado a desarrollarse en mi interior como un virus mortal.
Una vez afuera del hospital todo es un sinfín de luces cegadoras.

-¿Cómo ha sido el proceso de aceptación en cuánto a la muerte de su pareja?.

-¿Sus padres no han venido a visitarlo?.

-¿Algo que decir sobre la muerte del hombre que causó todo esto?.

-¿Cómo se siente con todo lo que esta pasando?.

Los guardias de seguridad empujan de mala manera a los reporteros y Leyla entra rápidamente a una de las camionetas que están frente al hospital. Yo me acerco a la camioneta de Kleith y subo dando un portazo.

-Esas mierdas son insoportables.- espeta furioso.

-Tienen que comer.- hablo recargando la cabeza en el respaldo del asiento.

Kleith enciende la camioneta y acelera rápidamente. Avanzamos por las calles tranquilas a primera hora de la tarde.
Miro por la ventanilla y casi de manera inconsciente comienzo a buscar un cigarrillo.

-¿Quieres fumar?- me pregunta Kleith mirándome de reojo- ¿Tabaco o hierba?.

Su pregunta me deja perplejo y cierro los ojos al saber rápidamente la respuesta. Una respuesta más que dolorosa.

-Déjalo.- niego mirando por la ventanilla.

Kleith no dice nada más y continúa conduciendo.
Las palabras de Lissel se quedaron incrustadas en mi cabeza y ahora no quieren salir. Ella creía en mi, incluso más de lo que yo lo hacía. La Fe tan grande que me tenía la llevó a un sólo lado... y ahora nadie volverá a verla jamás. Ese pensamiento me golpea tan violentamente que reprimo un sollozo lastimero.

-Pon música.- le pido en un susurro

Sin decir nada, Kleith pone a Snow Patrol y Chasing cars comienza a sonar por toda la camioneta.
Cierro los ojos disfrutando de la canción y comienzo a dormitar.

-Ya llegamos Ben.- me llama Kleith apagando la camioneta- Llamaré a Leyla para avisarle. Tú comienza a subir.

Asiento de mala gana y salgo de la camioneta sujetando la carpeta. Entro al edificio ignorando al portero y comienzo a subir por las escaleras evitando el elevador. En pocos minutos llego al séptimo piso y saco las llaves de la puerta de mi departamento. Entro y cierro la puerta detrás de mi. Camino hasta el ventanal y quito las cortinas para que entre la poca luz que aún queda. Me quedo unos momentos admirando la vista y suspiro profundamente. Me recargo en el cristal y abro la carpeta antes de que me arrepienta. Son dos hojas de libreta arrancadas. Reconozco la caligrafía de Lissel. Esto lo escribió ella...