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Al haber llegado al nuevo escondite guiados por Hayato y Jin, todos habían llegado a salvo, creyendo fielmente lo que les dijeron.
Emma y Ray, al estar más tranquilos dejaron un poco sus preocupaciones para por fin descansar.
Pero no contaban que aquel William Minerva, era nada más ni nada menos que, su mejor y supuestamente "difunto", Norman.
Y que mejor manera de decirlo que esperar más de un año y medio para revelarlo.
Y claro está que el trío de amigos fue el más afectado.
Aunque está claro que Ray, lo estuvo más. Él amaba con toda su alma al albino, el saber que moriría lo destrozaba, pero había tomado la decisión que por Norman viviría lo más que pudiera.
Y así lo cumplió, no tan a la perfección pero lo intentaba en sus momentos de duda y depresión.
Sin cambiar el rumbo, tanto como Ray y Emma al darse la sorpresa de Norman, Emma se abalanzó a darle un abrazo consolando su llanto.
Buscaba consuelo de tantas veces las pesadillas le atormentaban echando culpas de porqué no fue ella la que abrían devorado.
Después de unos minutos Emma lo soltó, tanto como el albino y la pelinaranja veían fijamente al azabache quien estaba con la mirada gacha y sombría.
Causando un poco de temor en ellos.
— ¿Ray–
El albino fue interrumpido por una fuerte cachetada dejándolo un poco aturdido y a Emma algo confundida.
— Eso fue por todo lo que me hiciste pensar y casi realizar tonterías que ni quiero mencionar — Explicó Ray — Y esto — Volvió a pronunciar agarrando al albino de la cadera juntando sus labios en un tierno y sincero beso, el cual no duró ni siquiera un minuto — E-Es por seguir vivo.
Ray se apartó dejando al albino hecho un tomate, totalmente aturdido al igual que Emma.
Un silencio algo incomodo se creó. Al parecer a Ray no le interesaba en lo más mínimo aquello.
— Emm... — Pronunció el azabache — Y-Yo ya me voy...
Ray estaba caminando incómodo, por lo sucedido, fuera de ahí. Pero un brazo lo interrumpió volteándolo. Era Norman.
Fijamente observando los ojos del contraría se acercó peligrosamente. Y como si fuera obra del destino, ambos volvieron a juntar sus labios esta vez en un apasionado beso lleno de sentimientos.
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