「 하나 」

305 21 28
                                    

──¡Entonces... ! ─. Un sonoro sonido proveniente de su bolsillo interrumpió la grandiosa historia que se dignó a contar. Con una gran pereza, llevo su mano directo al bolsillo derecho de su pantalón, pues ahí estaba su celular, la cosa que paro su hablar. En el momento de revisar quienes de los estúpidos que tenía agregados osaba hablarle en ese preciso momento, un chillido lleno de emociones confusas reprimió. Contestó de inmediato, no quería hacer esperar más al que en un momento llamó "estúpido".
──¿Bla- ? ¿Qui- quieres que vaya a tu casa en éste momento?... ¡No, no hay problema! Ahí nos vemos, adió-. ─ Sin dejarlo terminar, el nombrado estúpido colgó la llamada. El otro rápidamente agarraba sus cosas, que no eran muchas, y las metía en su pequeña mochila.
Una vez ya todo guardado, ni siquiera se despidió de los presentes en aquella casa.

Cansado de tanto correr, por fin pudo abrir la preciada puerta de la gran mansión frente a él. Dándose cuenta de que en ésta no había ningún ser vivo en ese momento. Con gran decepción dio media vuelta, resignado a irse. De un momento a otro, varios tentáculos lo alcanzaron, indicando perfectamente la estadía de otro ser en la mansión. Gritó con terror, mierda, nunca se acostumbraría a ser jalado por unas extremidades de más.
Cuando sintió que los tentáculos ya no lo sujetaban, vio su alrededor, sabiendo ahora que estaba en la oficina de su ¿amigo? Aclaró su vista, logrando ver como el otro tipo se burlaba de él en silencio. ── ¡Por décima vez, te digo que no hagas eso! ─. Cierta furia lo llevo a exclamar y exigir que no lo tocara con esos malditos tentáculos. No era la primera vez que su conocido ocupaba sus extremidades de más con él, y créanme que tampoco sería la última.

── ¡Oh, vamos! Es divertido ver tu cara de pánico. ── Con cierta burla comentó. Después de un rato, cansado de mantenerse parado, arrimó su majestuosa silla. Exactamente para que pudiera sentarse cómodamente, dejando tirado al invitado. Posicionó sus codos sobre el perfectamente ordenado escritorio. Acto seguido; junto las manos y posó su barbilla en ellas. ── Bien, Flug, supongo que ya sabes el por qué de que estés aquí. ¿O me equivoco? ──. Cuestionó con una voz más áspera, mirando fijamente a su acompañante, como si analizara su alma.

── ¿No se encuentra otra vez Demencia, verdad? ¿O Aku? ──. Inseguridad era lo que sentía en ese momento. Tantos recuerdos, en su mayoría malos, le traía la presencia de Black Hat. Uno de esos recuerdos fue cuando él y el contrario se encontraban teniendo intimidad, intimidad que no duró gracias a Demencia, una chica realmente obsesionada con el ensombrerado, la cual aún no entiende la parte de que sólo es uno de los tantos juguetes de éste. ── Porque si ellos dos se encuentran, me temo que tengo cosas más importantes que hacer. ── Con cierta indiferencia contesto, total, comprendía totalmente la parte de que era un juguete y satisfacer necesidades. Cansado de estar sentando en el incómodo piso, además de tener una pereza increíble, se levantó, llegando a sentarse en la, tan siquiera decente, silla enfrente del escritorio.

── Uh, me encargue de que se fueran. ¿Tú que me dices? ¿No traes a ese oso azul otra vez? Flug, te la volaste al traer el maldito oso porque andabas en modo "niñera", me imagino lo incómodo que se ha de sentir al explicarle qué son los sonidos que salían de tu boca y quién o qué los provocaban, ¡Já! ──. Burlarse era uno de sus tantos pasatiempos, más con las experiencias que ha tenido con el joven chico en pocos años. Tampoco era de extrañarse, pues el castaño era un grandísimo idiota, por eso dejaba que su contrario lastimara y jugara con sus sentimientos.

── ¡No recuerdes eso! ¡Ah! Por favor, sólo fue una vez, y- y todavía no olvido su cara de trauma, ¡pobre mi bebé! Pero tranquilo, le aseguro que no hay quinientos cinco. ── Seguro asintió. Recordaba perfectamente que lo había dejado descansado en su habitación. De todas formas, agarró su mochila que por suerte estaba a lado suyo, y la abrió, acto seguido busco un monitor, comprobando que en definitiva, el gran oso descansaba pacíficamente. Volvió a meter el objeto, dejó su mochila abajo y suspiró tranquilo, recargándose en el respaldo de la silla. Por un momento olvidó por completo su función en aquella mansión.

── Que no se te olvide para qué estás aquí. Arriba. ── Exigió. Semblante serio era lo que expresaba. Levemente furioso de que el otro olvidara su misión y se dispusiera a descansar. Primero él hizo su "petición", levantó su costoso trasero de la perfecta silla, también llevo sus manos atrás de su espalda, caminando elegantemente hacia la puerta abierta. ── Sígueme.

── Pero, ah. ── Rodó los ojos. Cansado y regañadientes acató la orden del otro, sabiendo lo que le esperaba tras esa puerta.

madres,, o o f.
actualizaré cuando pueda. unu

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 16, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

꒰꒰ 🧃; ρᥣᥲᥡ dᥲtᥱ ❏ ρᥲρᥱɾhᥲt ˎˊ˗ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora