Primera Parte.

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LuHan.

¿Cómo te fue en el avión Lulú?— Preguntó Yifan al teléfono.— ¿No hubo problemas?

Rodé los ojos ante su tono burlón. Yifan sabe mi aversión a viajar en avión y le encanta burlarse de mí.

—Todo bien, Yifan, mis tíos fueron por mí. Ahora estoy en su casa... Hace mucho tiempo que no venía, se siente extraño.— Dije con un suspiro. La última vez que estuve en casa de mis tíos yo tenía 16 años y Zitao era un mocoso de 12. Sin embargo, las cosas se veían bastante similares después de todos estos años.

—De acuerdo Lulú, saluda a ese primo tuyo de mi parte... Y disfruta de tu estadía en ese país. Espero que nos veamos pronto.

—Yo también, te extrañaré mucho FanFan... Espero que vengas a visitarme, sé que no seré el único emocionado.— Justo en ese momento, Zitao entró a la habitación sonriendo y yo me reí. Oportuno.— De acuerdo, tengo que colgarte ahora, pero nos hablamos luego, te quiero.

Mi amigo se despidió y colgamos. Zitao se sonrojó un poco.

—¿Ese era Yifan?— Asentí y mi primo suspiró.— Lamento interrumpir... Sólo venía a preguntar si me acompañas a comprar unas cosas al mini súper...

—Sí, no hay problema... Por cierto, Yifan dice Hola.— Sonreí cuando mi primo se puso muy colorado.

Salimos de la casa y cuando llegamos al mini súper fui directo a comprar mi bebida favorita... Bubble Tea, pero está estaba muy arriba y, a pesar de que no soy una persona de baja estatura, no iba a alcanzarla. Estaba pensando cómo tomar un vaso cuando una persona muy alta, con un hoddie bastante holgado, capucha y cubre bocas llegó y con mucha facilidad alcanzó 2 vasos.

—Disculpa...— Vi como el sujeto se tensó, pero no se dio la vuelta.— Podrías... Mmm... ¿Podrías pasarme 2 vasos de Bubble Tea, por favor?

El chico no se relajó, sin embargo me tendió los dos vasos que sujetaba, sin girarse por supuesto, tomo otros dos y luego se fue directamente a la caja. No pude dejar de mirarlo, el chico había sido bastante extraño...

—¿Todo bien?— Pregunto mi primo cuando llegué con las bebidas a la caja. Lo miré con una sonrisa y le asentí.

Al llegar a casa mi tía estaba en la sala mirando TV.

—Hey chicos... Adivinen, la casa de junto ha sido ocupada nuevamente...

—¿Los Oh han vuelto?— Preguntó Zitao con los ojos llenos de ilusión y su mamá le sonrió apenada mientras negaba.

—No... Era un grupo de jóvenes... Sabes que los Oh ya no volverán, cariño... El único motivo por el que venían aquí era por el abuelo y después de su muerte ellos pusieron la casa en renta.

—¿El nieto del señor Oh era ese chiquillo con el que jugábamos cuando venía de visita, Tao?— Pregunté curioso. Mi primo asintió.— No sabía que el abuelo había muerto... Es una pena... ¿Has vuelto a ver a ese chico?

—No... De hecho en el funeral no estuvo presente. Sólo fueron sus padres. La última vez que lo vi fue la última vez que lo viste tú...

—Vaya... Eso es triste.

Mi tía nos sonrió y después de seguir platicando por horas decidimos ir a dormir. Mañana tendría que ir a ver lo de la universidad y después buscar un trabajo de medio tiempo.

Cuando sonó mi alarma me levanté un poco exaltado. Había tenido un sueño extraño, supongo que después de que habláramos tanto de las cosas que solíamos hacer cuando éramos pequeños y el regresar a Corea habían removido mis recuerdos...

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