Prólogo

165 19 5
                                    


Lejos de las interminables luces de la cuidad, Zero detuvo su caminar en medio de la oscuridad, observando el cielo con detenimiento. Desde el norte las luces danzaban a través del oscuro cielo que era iluminado por colores maravillosos, como si fuesen fuegos artificiales creados por la naturaleza.

Aquello era la descripción de cómo se veía una “Aurora Boreal”.

Allí se quedó parado por un interminable tiempo, observando el bello paisaje que la naturaleza le otorgaba.

Recordaba este día a la perfección, un año había pasado y tantas cosas surgieron.

“Ya ha pasado un año”, pensó en voz alta.

Su venganza...

Su cuerpo....

Había obtenido, no solo a Arian, sino que también a Kaname...

Sin embargo, aún no se sentía para nada real. Cada día despertaba en la misma cama que Kaname, a su lado yacía la perfección en persona y le pertenecía. Pero, ¿por cuánto tiempo más?

Kaname era un ser nocturno, un vampiro para ser exactos; viviría eternamente. En cambio el, era un simple humano que lo había perdido todo, su infancia, sus padres, su hermano; su otra mitad.

¿Qué pasaría dentro de 10 años?

Kaname se vería de la misma forma.

Pero Zero, tendría un cuerpo más viejo y un organismo más desgastado, podría seguirle el ritmo en muchas cosas pero en otra no.

No sería joven eternamente, no podría vivir una eternidad al lado de su amado vampiro.

No podrían hacer tantas cosas juntos...

No quería morir, pero tampoco quería vivir...

¿Qué podía hacer?

«Solo soy un simple humano»

Unos brazos rodearon su cuerpo, encajando perfectamente uno con el otro, podía sentir un agradable frío en su espalda; Kaname había llegado.

—Para mi no eres un simple humano, Zero—

—Eres un hermoso ser, no puedo dejar de observarte ni tocarte, siempre que te tengo cerca—

El vampiro se dirigió a su cuello, allí debo un casto beso, provocando que al cazador se le erizará la piel.

—Eres un ser perfecto—

«Kaname, sí hay alguien perfecto, ese eres tú»

Zero se giró para poder ver aquellas orbes borgoña que tanto le gustaban, sintió que sus mejillas se teñían de un leve sonrojo.

—No Zero, yo soy un ser perfecto para matar—

Una sonrisa se curvo en los labios del joven cazador.

«“Incluso el ser más perfecto, tiene sus fallas”»

—No tengo fallas, solo tengo una debilidad y esa eres tú—

Sin previo aviso comenzó a besarlo, lento y pausadamente. Rápidamente la temperatura de ambos empezaba a elevarse, pero se tuvieron que separar por la notable falta de aire de Zero.

«El sol, la sangre, las armas malditas, y otras cosas más son tu debilidad»

—Sabes, tu faceta de sabelotodo me agrada... la mayor parte del tiempo—

Una pequeña risa se escapó de los labios de Zero, ¿cómo no podría saberlo todo, sí el había nacido en una familia de cazadores?

«¿Olvidas que nací en una familia diferente a las del resto?»

“Cazadores” esa palabra le producía escalofríos.

Se había convertido en el último cazador de su clan, hacía algunos años, pero ahora dolía un poco más la realidad.

Dolía...

Dolía ser el último...

Dolía ser humano...

Todo en el dolía como nunca antes había dolido.

Su sonrisa se fue desvaneciendo y sus orbes amatistas se llenaron de lágrimas, a punto de no poder retenerlas más; no quería reconocer que estaba herido, más herido que nunca y roto por dentro.

—Zero, ven, volvamos a casa, Arian nos espera para la cena—

Kaname tomo su rostro con ambas manos para besarlo nuevamente, sus manos fueron bajando hasta que abrazo a Zero fuertemente.

—Esta bien si quieres llorar, puedes hacerlo, pero no intentes ocultarlo de mi—

Zero sentía frustración, desesperación y miedo, temía que todo se desmoronará.

«Tenerte a mi lado es más que suficiente, solo te necesito a ti Kaname»

La Luna del Cazador #Próximamente#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora