El señor Solitario

CAPITULO 3: Margot

En toda mi vida mi madre me educo a que las promesas nunca se rompen, si uno promete algo hay que cumplirlo a como dé lugar, Además tras la experiencia bonita que tuve en ese lugar, sentía una ansiedad tremenda por ver a la profesora, esa profesora buena que me había enseñado como nadar, como bucear, esa profesora del taller, por eso insistentemente le dije a mi madre que me matriculara en ese taller de verano. Mi madre accedió, le pareció buena idea, reforzada a que ella también conocía a la profesora, se habría hecho amiga de mi madre el verano pasado, al momento de escoger en que cursillos me iba meter mi madre pregunto por la profesora, ahí con el otro profesor que también me habría enseñado. Tristemente la profesora no podía estar en el taller de verano pues habría renunciado. Me sentía desencajado de pronto sentí la decepción esa misma decepción que sentí cuando escuche las palabras "nunca te olvidare" esas palabras que me dejaron marcado, aunque no comprendía muy bien, pues no tengo la culpa de no entender esas palabras, pensé que se despedía por el momento pero que iba a regresar. pero sentía esa espina, esa cruda espina que me aquejaba. Mi madre me miro, una madre siempre sabe lo que le pasa a su hijo, yo no le dije nada, ella solo atinó a decirme la frase que me serviría de lección en adelante

"Cae, pero levántate que la vida sigue"

- Te veo más derrotado Mark

- ¿Derrotado? ¿Acaso estoy en la calle mendigando, o robando? ¡No!! ¡Estoy trabajando con múltiples empresas encargándome yo de su publicidad y siendo jefe tuyo Daryl, derrota seria si yo estuviera robando o en la calle, Pero No!!! Supe cómo salir adelante cueste lo que cueste

- No Mark a eso no me refiero

- ¿Entonces?

- ¿No tienes a alguien que te acompañe?

- No

- ¿Desde cuándo?

- Demasiado tiempo ...

- ¿Entonces no te levantaste?

- Ya veo a que te refieres, Si me levantaba, pero me caía de diferentes formas, no me mantenía de pie. Hasta que...

- Hasta ¿Qué?

- Ya llegaremos a esa parte, a mi madre le dieron una cartilla , era la cartilla donde se decidía los cursillos de verano , llego ese momento, es como un momento de mini rebeldía en el cual uno se siente libre por un momento ,esa libertad se manifestó en ese momento como un simple rechazo al cursillo que mi madre quería ponerme, yo ya no quería entrar en estimulación , me sentía más apto para otros cursillos, tras mi solicitud mi madre accedió, pero de todas maneras me puso en denominado "deporte" de danza, la verdad no sé si sea un deporte, la danza tiene muchos significados, es un deporte, un arte, es la representación de un acontecimiento o la historia de dos parejas que se unen mutuamente para nunca separarse. Bueno de todas las definiciones que te he dado será solo una la que sea correcta o tal vez ninguna. Mi madre entusiasmada por llevarme a mis clases de danza me alisto media hora antes como era de costumbre todo era para asistir temprano a las clases de "danza" en el camino le pedí un helado a mi madre, no me lo quiso comprar, en ese momento sentía un poco de rabia, pero comprendía a mi madre si no me lo quería comprar tampoco valía la pena insistir, es su plata no la mía.

Llegamos al taller, no era de tanta sorpresa no encontrar a nadie puesto a que éramos casi siempre los primeros, siempre veíamos a las personas llegar media hora, Mi madre al ver mi aburrimiento me compro un helado, no era el que yo deseaba, pero cualquier regalo que me daba mi madre yo lo estimaba mucho esos regalos son valiosos, a mí siempre que le pasaba algo a esos regalos me entraba una tristeza profunda, es como el esfuerzo de un padre por darle algo bonito a su hijo desperdiciado. Mi madre consiguió el helado, y al rato vimos que recién llegaban los demás niños, iban vestidos con ropa de futbol, otros que venían con palos, y yo que estaba ahí esperando junto a mi madre con una botellita azul que traía jugo de naranja, llego el momento de formar, ¡al principio me sentía demasiado raro no había otros niños excepto yo!!