Tus palabras son como una daga de cristal
Se ven tan inofensivas
Pero son como flechas
Atraviesan tu alma con una brutalidad
Y sólo te ven en el piso rogando por tu miserable vida
Y te dicen: ¿Estas bien?
Te apuñalan por la espalda
Y creen que no los viste
Se hacen los preocupados cuando en realidad se ríen de tu miseria
Tu maldita miseria