La noche había caído en los cuarteles de la tan temida mafia de Yokohama; eran las 22:00 y todos se encontraban fuera de ahí, a excepción de dos miembros de la misma: Sakunosuke Oda y Osamu Dazai.
Todos los días, después de cada misión, el menor, Dazai, atendía con mucha frecuencia la enfermería de la mafia, para poder tratar sus heridas de batalla o de alguno de sus locos intentos de suicidio (sí, a esa tan corta edad de 15 años). Oda siempre solía acompañarlo para hacer más agradables sus visitas, ayudándolo a cambiarse las vendas y curarle sus heridas, al igual que hacerlo sentir bien con su presencia y su calmada sonrisa.
—¡Eso duele, Odasaku! ¿Era necesario aplicar el alcohol?—replicó el menor, con lágrimas saliendo de sus ojos.
—Sí, Dazai ¿O quieres perder tu linda piernita? Por eso debo aplicar alcohol en la herida que tienes en ella.
Dazai se rió por el comentario que el mayor le hizo. Ambos rieron juntos y terminaron con el tratamiento de las heridas del pequeño. Éste se encontraba solo con su pequeño short negro, dejando su torso al aire sin nada más que sus vendas; sus piernas se encontraban con sus largas calcetas blancas un poco sucias por su propia sangre.
Oda procedió a vestir al más pequeño, poniéndole su camisa blanca y abrochando los botones de ésta, al igual que colocar su corbata negra favorita y su característico saco negro, haciéndole conjunto a sus pequeños shorts del mismo color. Dazai se levantó muy feliz de la camilla y abrazó al mayor, el cual se encontraba apoyado de rodillas en el suelo; en forma de agradecimiento, le besó la mejilla, y éste le devolvió el tierno beso.
Nadie lo sabía, pero tanto Oda como Dazai se encontraban en una relación. Ambos se apoyaban de manera mutua, jugaban y aprendían uno del otro, en especial Dazai; al ser menor, Oda le enseñaba muchas cosas, las cuales, impresionaban mucho al pequeño líder de la mafia. Claro, al final terminaba contándole a Ango las cosas que aprendió. Eso sí, nadie sabía de la relación de ambos, puesto a la diferencia de edades entre ellos.
Tras terminar con los cuidados del pequeño mafioso, Oda lo carga en su espalda y proceden a irse del lugar para ir directo al departamento del menor. Era una noche muy fría y Dazai se encontraba cansado para ir a su propio departamento. Al entrar, el mayor baja a su pequeño amante de su espalda, y este procede a ponerse de puntillas y robarle un pequeño beso en los labios en forma de agradecimiento. Sí, a Oda le gustaban esos pequeños gestos de amor que el pequeño castaño le daba; era tan pequeño e inocente, a pesar de todos las muertes que ha realizado, para Oda, el era un pequeño angelito, puro y adorable.
Dazai se dirige directo a la habitación de Oda, para sentarse en su cama y, acto seguido, acostarse en ella. Después de un largo día lleno de misiones impartidas por Mori, el merecía un descanso... al igual que su pareja. Oda se dirigió tranquilamente a su habitación, viendo al pequeño acostado en su cama con las piernas afuera de ésta y moviendo sus piecitos al ritmo de una canción que este entonaba. El mayor procede a acercarse a la cama y sentarse al lado del pequeño, acariciando su cabeza mientras lo observa cantar con emoción.
El menor se acomoda en la cama y se acuesta en el regazo del mayor, regalándole una de sus más puras sonrisas con sus mejillas rojas como una fresa. Oda procede a acariciarlas con delicadeza. Su piel se siente aterciopelada; sus ojos, cafés como el chocolate, los mira sin quitarle la vista en ningún momento. Sus delicadas manos tocan la mano del mayor que se encuentra en su rostro para acariciarla; de sus finos y suaves labios salen las más lindas palabras que Oda pudo haber escuchado en su vida.
«Te amo»
Acto seguido, Dazai se levanta y se sienta en el regazo del mayor, quedando frente a frente con el mismo; sus miradas se cruzaron y sus rostros tomaron un tono carmesí tras cada mirada que se daban; sus manos tocaban el rostro del otro para acariciarse mejor. Sí, sentían una fuerte conexión en esas miradas tan profundas. Dazai baja las manos y Oda acerca su pequeño rostro al suyo, para plantarle un pequeño beso en esos rosados y suaves labios; el castaño abre la boca por reflejo para darle paso al pelirrojo de entrar. Su lengua comienza a conectarse con la de él en una intensa danza por la dominación, el pequeño comenzaba a gemir dentro de la boca de su pareja, mientras que este le sujetaba el rostro con fuerza para casi devorarlo.
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Curiosidad 「Odazai」
FanfictionDazai Osamu era un pequeño de 15 años; Oda Sakunosuke le llevaba cinco años al menor, teniendo 20 años. Llevaban en secreto una relación que nadie en la Port Mafia conocía, ni el mismo Ango, amigo cercano de los dos. ¿Qué pasará el día que ambos qu...