vendredi

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Por las noches, en realidad cuando el sol se decidía a irse para dejarle el puesto a la luna, BaekHyun solía sentarse junto a la ventana. A veces arrastraba el sillón color ocre individual de su habitación hasta que estuviera frente a la ventana, pero otras se sentaba en su cómoda silla giratoria a unos centímetros del escritorio, de modo que solamente se alcanzara a ver su cabeza echada hacia atrás si es que su vecino lo espiaba.

BaekHyun recostaba bien la espalda contra el mueble y cerraba los ojos después de echarle un vistazo a la fotografía pegada en la pared o en dado caso en el marco de la ventana. Algunos días pegaba dos, una en la pared y otra en la ventana para darle un poco de dinámica a la actividad. Abría las piernas, acomodaba los brazos en el reposabrazos y dejaba a su imaginación despegar. Lo cual era fácil. Estaba siendo fácil estas últimas semanas, con la imagen de aquellos labios redondeados, BaekHyun exhalaba despacio por la boca, entreabriéndola. No siempre se bajaba la cremallera de inmediato y empezaba a acariciarse sobre los bóxer, podía esperar hasta haberse pensado besando a KyungSoo y con solo eso su pene despertaba en palpitaciones irregulares, casi reclamándole por volver a llamarlo cuando KyungSoo no estaba ahí mismo para tocarlo.

La ocasión era similar. BaekHyun arqueó la espalda para embestir el aire, encontrando alivio en su ropa interior, que le apretaba la entrepierna. KyungSoo le acariciaba el abdomen con yemas suaves y necesitadas de sentirlo, en su cabeza KyungSoo lo instaba a crecer contra sus nalgas, frotándose y jadeando, inclinado sobre su boca, pero cuando BaekHyun le buscaba para tomarlo en un beso el otro ponía distancia entre ambos. Eso solo lograba provocarlo. Se quejaba con gruñidos bajos pero no se movía demasiado, porque las reglas implícitas en su pequeño juego demandaban que BaekHyun tenía que estar duro para poder comerle la boca a su menor.

El aliento caliente de KyungSoo lo mareaba al instante, la mano derecha sostenida de su pectoral le dibujaba algunos rasguños cada vez que se meneaba ligeramente más rápido que antes. Cuando se presionaba lento, de adelante hacia atrás contra su pene, la izquierda mimaba los abdominales que apenas sobresalían en su cuerpo, mirándolo con ansiedad por sentirlo encajándose contra su trasero. Aunque KyungSoo no lo dijese en voz alta era capaz de leérselo en la mirada. Él solo podía aferrarse al reposa-brazos, mordiéndose la lengua y tirando las caderas hacia el frente para conseguir más fricción.

BaekHyun escuchó a KyungSoo emitir un gemido bajito en su mente, y eso fue suficiente para alentar a su falo a establecer una semi-erección. Sobrevoló los dedos del reposa-brazos hasta su bragueta abierta, usando índice y dedo medio para rozarse al mismo ritmo que el KyungSoo imaginario lo hacía contra la tela de su ropa interior. Desnudo completamente y acalorado de pies a cabeza.

La impaciencia azotó a BaekHyun, presionándose la palma extendida sobre su bulto en ascenso.

— Necesito tocarte—aquejó a su compañero en la fantasía, en la vida real susurrando imperceptiblemente.

No se demoró en sujetarlo por las caderas. Lo guió a rozarse una y otra vez con intensidad, de vez en cuando dejándole saltar, para que al sentarse terminara colisionando con su miembro. BaekHyun le hundiría los dedos en las caderas desnudas fuertemente, hasta que se pintasen de blanco cada vez que volviese a su regazo y KyungSoo abriría más las piernas para intentar que el bulto separase sus glúteos.

Sin poder resistir la molestia que la excitación le regalaba entre las piernas, BaekHyun sacó su pene, relegando a su pulgar en el glande, para que hiciese círculos lentos cuando volvía a subir su mano envuelta en la virilidad. Un subir y bajar que pronto armó una erección completa. Por la que KyungSoo lo premió con besos húmedos en sus clavículas.

— Tócame, BaekHyun, tócame—le suplicaba contra su piel. Pero así de desesperado e impaciente como tendía a ser el más bajo, no hubo excepción esta vez. Lo sintió tomarle las manos para recorrer de las caderas hasta las nalgas. Y al soltárselas, usó las de su propiedad para separar la bina redondeada, flexionándose cuando empujó sus caderas atrás, pidiéndole de nuevo con la mirada que pusiese sus manos contra esa zona en específico. Ofreciéndose a BaekHyun—. Acaríciame, hyung.

lèvres ; baeksooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora