Parte sin título 2

38 4 0
                                    


Kanda se levantó con la boca cubierta de una sustancia blanca que inmediatamente retiro con la lengua y es que la esencia del menor era tan deliciosa tenía un sabor dulzón seguramente por tanta golosina.

-Apenas empezamos enano- Volvió a besar al menor quien no dejaba de forgear-

Kanda beso, mordió y succiono el níveo y tierno cuello del frijol dejando grandes moretones marcando su territorio.

Descendió por todo el pecho del menor con un camino de saliva llegando a su ombligo donde se entretuvo dibujando círculos con su lengua, sin duda el cuerpo del menor era muy adictivo, era claro que Kanda ya había tenido varias relaciones sexuales pero en ninguno de sus encuentros sintió tanto deseo como lo sentía con el andrógino e inexperto cuerpo del garbanzo quien no paraba de gemir a pesar de tener fuertemente los labios cerrados.

Paso una de sus manos por la virginal entrada del menor habiendo círculos, quería prepararlo adecuadamente para que también cooperara y poder soltarlo ya que comenzaba a notar como su corbata lastimaba las delicadas muñecas del más bajo.

Sin más introdujo el primer dedo causando una fuerte punzada de dolor al albino quien comenzó a llorar, Kanda llego rápidamente a su oído mientras acariciaba una de sus mejillas con delicadeza.

-Tranquilo frijol no te lastimare solo intenta soportar un poco mas- Susurro suave y a la vez sensualmente en su oído besando nuevamente su cuello.

Una vez más introdujo otro digito sacando y metiendo ahora dos dedos dilatando la entrada lo más que pudiera para no lastimarlo y causarle un severo trauma psicológico.

-Duele... ya basta!!! - Grito desesperado el alvino, Kanda comenzó nuevamente a masturbarlo con su mano esta vez, sus movimientos eran descendentes y ascendentes acariciando sutilmente a cabeza del pequeño miembro del alvino.

-Calma Moyashi, se lo que hago solo relájate!!- Grito asustado por los incesantes llantos del menor y la manera en que se removía debajo de el tampoco ayudaban.

Se bajo la bragueta y libero su dura, gruesa y gran erección, puso la punta en la entrada del alvino, pero antes de adentrarse miro nuevamente la sonrojada y asustada cara del menor, sin duda la mueca que tenia era e un colosal dolor físico.

-Frijol eres fuerte en el campo de batalla solo te pido que ahora seas fuerte en la cama- Y de una sola estocada se adentró al cálido, estrecho, virginal y suave interior del alvino quien soltó un chillido mucho más agudo que los anteriores.

-Ya basta, DUELE MUCHO!!! SAL! SALTE!!!- Estaba desesperado el dolor era insoportable, sentía que se partía en dos, jamás sintió un dolor tan inmenso ni siquiera en el campo de batalla como Kanda le dijo.

Sintió como los labios del mayor besaban su rostro con ternura y lo miraba gentilmente con una cálida sonrisa que nunca antes vio.

-Se que duele pero se fuerte Moyashi yo jamás te lastimaría- Allen se relajo y el azabache al notarlo comenzó a embestirlo suave y lentamente observando las reacciones faciales del menor que poco a poco se iban suavizando.

Antes de aumentar el ritmo libero las manos el garbanzo y le quito los guantes besando la inocencia.

-Niño maldito, me gustas- Sonrió alegremente mientras comenzaba a embestir rápidamente sin perder la sutileza.

Sabía que el cuerpo debajo era virgen así que debía ser muy gentil y cuidadoso a menos que quisiera lastimarlo, y no quería eso, ese tonto garbanzo siempre le llamo la atención aunque no sabía de qué modo, en la tarde cuando lo vio con l vestido de novia, se dio cuenta de que estaba flechado por su despistado compañero.

No quería obligarlo a nada, y aunque el pago por la carne al principio solo fue una excusa para tomarlo en realidad no planeaba una violación lo que él quería de verdad era que el menor se entregara completamente.

-AAAHH!!mmmm.... Kanda tú también me gustas- Hizo un esfuerzo sobrehumano para alcanzar sus labios y darle un casto primer beso, aunque en un principio le asustaba lo que Kanda le hacía y el dolor era insufrible ahora todo ese horrible dolor se transformó en un memórale placer al sentir al japonés dentro de él.

-Aaaahhh... - Allen eyaculo entre el abdomen de ambos exorcistas, el mayor al sentir como las paredes del más joven se contraían deliciosamente no pudo evitar su propio orgasmo liberando su esencia en el interior de Allen.

Salió cuidadosamente del menor, recostándose a un lado de aquel delicado cuerpo quien luchaba por regular su respiración.

Allen se acurruco en su pecho aspirando el varonil aroma del cuerpo atlético mientras sentía como era abrazado por la cintura.

-Duele- Susurro pero fue escuchado por Knada quien comenzó a masajear delicadamente la entra del menor notando que tenia restos de semen y sangre.

-Lo siento, debí ser más gentil-

-No te preocupes por eso, solo recuérdame no volverte a pedir carne- Kanda se sentó en la cama rápidamente mirando al sonrojado y jadeante alvino, un poco asustado por la declaración de este.

-¿Tanto te desagrado? - Allen rio tiernamente intentando levantarse inútilmente, pues cayo de nuevo a la cama por una gran punzada de dolor en sus caderas.

-Solo bromeaba, pero no te aproveches-

-Idiota, no me asustes así frijol- Se volvió a recostar envolviendo el pequeño cuerpo ajeno en un protector abrazo mientras basaba su frente.

...........................................................................................................................................................................

La hora en que el tren partiría muy pronto y los exorcistas estaban bastante atrasados por eso Kanda corría velozmente por el techo de las casas de la ciudad con un alvino en brazos.

-Llegaríamos más rápido si cada quien corriera por su cuenta-

-Te recuerdo que no puedo caminar por tu culpa-

-Mientes, fue tu culpa por seducirme-

-Yo jamás hice eso, maldito pervertido-

-Estúpido frijol me seduces cada de que abres esa boquita para insultarme –

-No tengo la culpa de que lo interpretes de esa forma-

-Moyashi tonto, te advierto que si no alcanzamos el tren volveremos al hotel y tendrás que pagarlo más caro que la carne que te tragaste tu solo.

Allen palideció ante la idea, sin duda Kanda era el mejor negociante que conocía, sabia cobrar muy bien las cosas con muchos intereses de por medio.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 12, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El precio de un favorWhere stories live. Discover now