El café oscuro era tu favorito, amargo y difícil de tragar.
Nunca lo quise probar.
A mí me gustaba lo dulce.
Pero me hiciste descubrir que ni el azúcar es capaz de endulzar el sabor de tu adiós.
El café oscuro era tu favorito, amargo y difícil de tragar.
Nunca lo quise probar.
A mí me gustaba lo dulce.
Pero me hiciste descubrir que ni el azúcar es capaz de endulzar el sabor de tu adiós.