8.Miedo

282 12 1
                                    

Narra Victor: Cómo cada tarde desde que Ana y Malú rompieron fui a su casa a sacarla a pasear,ordenes de su padre y aunque no lo fueran iría.No entendía a Malú,Ana la quería y ella también lo hacia,no me entraba en la cabeza que dejara al su posible amor de su vida sin hacer nada.

Ese día fui más pronto,sobre las tres.Entré y su padre me mandó a su habitación.Entré y la vi en la cama durmiendo.Sonreí.

-Ana-me senté en la cama-Venga arriba,vamos a dar una vuelta y hablamos-miré la mesita y había un bote de pastillas.Lo cogí y estaba vacio.

-Venga no me jodas Ana-le cogí la cara-Ayudaa!-grité.En apenas diez segundos Luis,su padre,y Rosa vinieron.Luis llamó a una ambulancia y Rosa se acercó a nosotros.

-Aguanta-dije tocandole el pelo.

La ambulancia no tardó en venir,pero a mi se me hizo eterno.

-¿Quién se viene en la ambulancia?-nos preguntó el médico.

-Ves tú-me dijo el padre-Yo iré en venir mi choffer.Asentí.

En la ambulancia no paraba de darle vueltas a la actitud de Luis,cualquier padre,bueno,cualquier buen padre se hubiera matado subiendo en esa ambulancia y más cuando tu hija se ha intentado suicidar.Cada vez me daba más asco,no entendía cómo podían ser el padre de Ana,eran cómo el agua  y el aceite,cómo el agua y el fuego,eran tan diferentes que hacia que se odiasen.

Llegamos al hospital y se la llevaron.Me senté en el suelo y me cubrí la cara.

Luis tardó en venir más de una hora.

-Hola-se sentó en una silla.Yo seguía en el suelo

-Hola...-mi móvil sonó.Miré la pantalla y era Rosa

-Víctor

-Dime

-¿Han dicho algo?

-No,no han salido aun...

-Si le pasa algo...

-No le va a pasar nada-dije seco.Me asustaba pensar lo contrario.

-Espero...

-Rosa...Deberiamos avisar a Malú

-No-esta vez la seca fue ella-Esa chica nos ha echo mucho daño

-Pero...

-Que no-me interrumpió

-Vale...

-Bueno,voy a seguir.Llamame en saber algo

-Vale,adiós

-Adiós-colgué.

Las horas pasaban y seguian sin aparecer.

Puta sanidad,las 7 de la tarde y todavía sin noticia alguna.

Salieron a las nueve,la de horas que llevabamos allí.

-¿Cómo está?-pregunté

-Está grave,le hemos hecho un lavado de estómago,ya no podemos hacer nada más.

-Pero...¿Se va a poner bien?-pregunté.

-Eso no se puede saber...Depende de cómo reaccione su organismo,de las ganas que tenga de vivir...Hay que estimularla-miré a Luis y seguía firme,ajeno a todo lo que habia dicho el médico,cómo si no le afectara.

-¿Puedo verla?-preguntó

-Claro

-Victor,vete

-No-dije firme

-¿Cómo que no?Soy tu jefe

-Yo no estoy aquí cómo choffer,estoy cómo amigo

Esta historia me cambióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora