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01

[Rin Shibuya es Misuki Mukami]

Misuki mantenía los orbes fijos en el paisajes que se dibujada tras el cristal de la ventana, sin emitir palabra alguna. Mantenía las piernas cruzadas, un encima de la contraria, con las manos situadas sobre las misma. Intentaba mantenerse tranquila, pero era imposible. Los nervios la estaban comiendo por dentro. Suspiro.

– Ya falta poco. Dentro de unos minutos llegaremos. –Anuncio una voz masculina, algo ronca, sacando de sus pensamientos a Misuki.

La menor dirigió su mirada hacia él, observándole con detenimiento. Dabi Mukami. Su aspecto de serio y frio era amenazador. Era alto, pero también apuesto. Su cabello rubio, me dio largo y algo despeinado; Sus ojos son azules. Su mirada, casi sin ninguna emoción aparente, recayó en la femenina.

– ¿Sucede algo? –Inquirió el.

– No es nada. –Aparto la mirada.

Una pequeña y suave sonrisa curvó de sus labios de Misuki. Dabi solo se limitó a mirar la carretera.

– ¿Ya hemos llegado? –La voz de Viktor capturo la mirada de los dos.

Los ojos verde de Viktor, aun entrecerrados, viajaron entre el rostro de Dabi. Su cabello azabache, un poco largo y bastante desordenado. El hermano de Dabi se había quedado completamente dormido durante el trayecto.

– Todavía no. –Dijo Dabi.

– Ya me harte.

– ¿Por qué deberías? Si te quedaste dormido todo el trayecto. –El tono de voz de Misuki era burlón.

– Tsk...Es mejor que te calles.

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– ¿Se puede? –Pregunto al entrar, encontrándose con la espalda de/quien supuso que era el director.

El hombre no tardo nada en girarse encontrándose de enfrente con los hermanos Mukami. Fijo su mirada en cada uno de ellos. En ese momento Misuki solo veía como el rostro de él, recayeron al final la figura de ella. Su expresión cambio completamente, como si fuese un niño y tuviese delante de un dulce más delicioso del mundo.

– Tú debes de ser Misuki-chan. –Canturreo con un tono de voz meloso. Llevando ambas manos a sus propias mejillas. –Eres tan linda.

Misuki solo bajo la cabeza con un leve sonrojo en sus mejillas. Era la primera vez que alguien le dice un cumplido, ni sus propios hermanos le hacían un cumplido. Cuando quiso hablar, un golpe –al ser abierto la puerta– retumbo por toda la estancia; dando paso a dos personas. Un hombre y una mujer.

Giro la cabeza apenas un poco para obsérvale de reojo. Primero observo a la chica, poseía unos grandes ojos marrones, casi rojizos. Parecía de la misma altura. Su cabello –Castaño oscuro– caía a la altura de sus hombros, con varios mechones sueltos. Llevaba puesto el uniforme de la escuela. El otro era alto, casi o más de lo que era Dabi. Tenía el ceño fruncido, como si algo la molestarse de sobre manera. Sus ojos orbes, de tonalidad púrpura grisácea. Tenía el pelo corto de un color blanco con ciertos matices plateados. Llevaba también el uniforme de la escuela, de una manera informal. En su cuello, en el lado izquierdo, había un tatuaje bastante grande y raro.

– ¿Qué se supone que es esto? –Hablo el, con cierto desprecio.

– Son dos alumnos de la Clase Nocturna y una de la clase Diurna, Kiryuu-kun. –Hablo el director como si no fuese algo importante –. Ellos son Kiryuu Zero y Cross Yuuki, los perfectos.

– Y su hija. –Añadió Viktor como dato.

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– Compórtate bien, ¿Entendido? –Hablo Dabi mirando a su hermana menor.

– Por supuesto, nīchan. –Asintió sin dejar de mirarlo, Dabi sonrió de medio lado. –Viktor –El nombrado lo miro. Dabi hizo una señal con la cabeza. El pelinegro suspiro.

– Si algo te pasa solo dinos. –Misuki asintió con la cabeza. –Bien, nos vamos.

– Cuídate Misuki. –Ella asintió por tercera vez.

– Lo mismo digo, Dabi.

Misuki miro como sus hermanos se iban con el perfecto. Ella se quedó con la perfecta Yuuki aún lado de ella.

— Creo que te debo de demostrar el dormitorio de chicas. –Dice Yuuki empujando suavemente la espalda de Misuki. – Vamos.

— C-claro, Yuuki-sama.

— Solo dime Yuuki. –Dice mirándola, la peli-negra asintió. – Te diré las reglas de la clase Diurna que debes seguir.

— Bien.

Yuuki le decía las reglas de que debía de seguir estando en la Academia Cross. Misuki asentía en cada palabra y miraba a todas partes para poder recordar el camino.

— ¡Aquí es! –Señalo Yuuki y abrió la puerta del dormitorio de Misuki. – Este será tu dormitorio, tus hermanos pidieron que te asignarán un dormitorio solo para tí.

— Ellos siempren hacen eso. –Rie un poco. – Gracias por enseñarme los pasillos de la Academia Cross, Yuuki.

— No hay de que. Es hora de irme. – Dice ella. – Deje tus uniformes en tu cama y también los libros, y el horario de clases. Nos vemos mañana, Misuki.

— Lo mismo digo.

La peli-negra vio como Yuuki salía del dormitorio. Sonrió y puso su maleta en su cama, la abrió y saco sus ropas. Las guardo en el armario, cuando terminó miro hacia la ventana. La noche se hizo presente.

«La noche de los Vampiros»

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