Un Escenarios con Shinomiya Hayato siendo el uke que es.
¿El porqué de este nuevo Fanfic cuando tengo muchos otros que continuar?
Simple, necesitaba ukear a Shino y no contuve mis ganas.
⚠️ Advertencia: Este Fanfic contiene alto contenido sexual, ya...
Hayato Shinomiya al entrar en 1º, no esperaba caer en el típico amor de Instituto, se quería concentrar en sacar buena nota para acceder a la Universidad, o eso es lo que pensaba hasta que conoció a su senpai Haru Shiraoka, compañera de clase de Serinuma, Igarashi y Nanashima, los cuales se la presentaron al poco de comenzar el curso y para él fue un flechazo instantáneo.
Después de eso, intercambiaron muchas miradas en la cafetería, pues sus respectivos grupos se sentaban relativamente cerca el uno del otro, pero ninguno llegaba a dirigirse la palabra, él por vergüenza, ella... quien sabe.
En tanto que el resto de sus amigos se batallaban entre ellos para conquistar a Kae, suspiraba por la chica de apariencia celestial un año mayor que él, aunque supiese que no alcanzaría a nada más ya que era consciente de que no entraba dentro de sus posibilidades, pero no le importaba, se conformaba con aquellos encuentros fortuitos visuales.
O eso creía hasta que el 1 de mayo, una carta llegó a su casillero pidiéndole que esperase a la salida del Instituto una vez terminasen los clubs para transmitirle unas palabras y al obedecerla, se encontró con su amada secreta.
El rostro sereno de ella contrastaba con el ruborizado y nervioso de él, pues estaba convencido de que aquella invitación se debía a que la fémina se había tomado las observaciones que le hacía en el descanso como un tipo de acoso y por eso, quería decirle que se alejase de ella. Sin embargo, lo que ocurrió fue lo que menos se esperaba.
- Me gustas... – su cara se encendió del color carmesí mientras apartaba la vista de él – ¡Por favor, sal conmigo! – Pidió abrazándose así misma por la vergüenza que le generaba esa confesión.
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Aunque fuese ya de noche y no hubiese mucha luz, el chico nunca olvidaría lo hermosa y delicada que se vio su novia el día que le pidió ser su pareja.
Ahora, había pasado medio año y durante este tiempo, ambos tuvieron muchas citas, como mínimo tenían una por semana y todos los días hablaban por Line, tampoco habían discutido ni una sola vez y es que era imposible porque Shiraoka era un verdadero ángel caído del cielo y Shinomiya daba gracias a Dios por este regalo que le había mandado. En definitiva, la relación iba bien...,
pero bien lenta.
A pesar de estar casi 6 meses juntos, el único paso a donde habían llegado había sido cogerse de la mano y como mucho, 3 besos contados y éstos dados de forma infantil, es decir, solo un mísero roce momentáneo de sus labios y cabía decir, que todavía se llamaban por su apellido y él continuaba denominándola como senpai.
El más joven se calentaba la cabeza desde hacía un par de meses atrás, no sabía cómo avanzar ya que veía a su chica demasiado inocente como para siquiera intentar un beso con lengua, tenía miedo de que reaccionase mal y terminase con él por querer sobrepasarse y ser un pervertido. Su cuerpo le estaba empezando a pedir más y más por cada momento que pasaban solos, no obstante, el bienestar de ella y su vínculo le importaba mucho más.
