[🍃]-; parte única.

1.2K 191 183
                                    

Todos alguna vez hemos soñado con conocer a nuestros ídolos, ya sea por un fanmeeting o de casualidad caminando por las calles. Todos alguna vez hemos fantaseado, que nuestro ídolo se fijaría en nuestra persona, en que harían una vida juntos.

Jung Hoseok no era muy diferente.

La primera vez que vio una presentación de Agust D quedó prendado, ¿y quién no? El joven artista tenía una carrera hecha, una vida de oro; tenía talento no solo para el rap sino que también tenía talento para el modelaje, cine y demás. Era el hombre que muchos soñaban con tener, ya sea para intereses económicos o amorosos.

Hoseok se interesó, más allá de lo artístico, se había convertido en su fanboy número uno, se había enamorado no de Agust D sino de Min Yoongi. Tenía todos sus albumes, toda su merch y no solo eso, gracias a que ambos eran coreanos —una enorme ventaja, podría decirse—, había podido ir a unos cuantos fanmeetings y decirle cuanto lo admiraba, cuanto lo amaba, etcétera.

«El peor error que puede cometer una persona, es enamorarse de su ídolo» recordó lo que una vez su mejor amigo le había dicho cuando le dijo que se había enamorado de Yoongi.

A la mierda con eso, él estaba en una relación con una niña que ni quería y nadie le decía nada.

Enfocó su cámara profesional en las facciones gatunas de Yoongi haciendo un puchero fingido a una fan. Demasiado tierno para su pobre corazón de pollo, le encantaba.

Click.

Había sacado una buena toma para su fansite. Solo necesitaba hacer unos cuantos retoques y podría subirla al internet. Aunque después de unos segundos, Hoseok lo pensó mejor y prefirió quedarse con esa toma. La consideraba demasiado tierna para ser compartida con los demás fans.

Ya era su turno y el staff del chico de rasgos gatunos se lo hizo saber, cuando le pidieron que por favor guarda su cámara y pasara para hablar con el artista. Obvio no iba a sacar fotos de ese momento porque, era un momento muy íntimo a nivel fan-artista y no quería compartirlo con nadie —al igual que muchos otros momentos, fotos, etcétera—.

—Hoseok, ¿cierto? —preguntó el rubio. Hoseok asintió frenéticamente.

Era la primera vez que Yoongi se acordaba de su nombre, ¿acaso era una señal del destino? ¿O solo era porque ya lo había visto más de treinta veces en sus fanmeetings? Sea como sea, le regocijaba saber que su artista favorito sabía siquiera de su existencia.

La tarde transcurrió como debía; risas, cantos y actividades entre ambas partes hicieron de ese un día muy divertido para los fans y Hoseok, ya tenía más de cincuenta fotos de Yoongi, en todos los ángulos, sonriendo, enfurruñado, haciendo pucheros. Todas y cada una de ellas, tomadas con mucho esmero.

Cuando llegó la hora de irse a casa, Hoseok guardó todas sus cosas en su mochila y se disponía a irse. Eso, hasta que el mánager del rubio lo detuvo por el brazo.

—¿Eres Jung Hoseok, no?

—Si, soy yo —afirmó—, ¿desea algo?

Estaba confundido. No era normal que el mánager supiera su nombre, ¿acaso era un acosador? ¿O Yoongi le había mencionado de su existencia? Algo como “oh mira, ese es el chico que saca ochenta imágenes al día de mí”. ¿Será que le iban a prohibir la entrada a los fanmeetings por ello? No, no, no podía imaginarse el no asistir a uno de esos eventos tan importantes, primero muerto a que sucediera aquello.

—¡Felicitaciones, eres el ganador del sorteo para pasar un día completo con Agust D!

Los ojos de Hoseok se abrieron al tope y abrió la boca en una pequeña “o”. Eso era una locura, le estaban jugando una broma y no era divertida.

One day with a fanboy | sopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora