Por aquellos tiempos.

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Entrando al primer grado mis ojos se deslumbraron ante la maravilla de encontrarme en una especie de castillo. El colegio que quedaba a escasa media cuadra de mi casa se levantaba majestuoso en una casona antigua, aún se conservan algunos espacios de aquellas construcciones.
Mientras que los que serían mis compañeros se miraban unos con otros, algunos lloraban en forma desgarrada, yo no podía dejar de contemplar ese sitio.
Las escaleras eran un espacio vigilado por las maestras, vestían de blanco, yo amaba ese color. Las recuerdo en los primeros recreos controlando nuestros pasos.
Poco tiempo pasó, ellas relajaron la guardia y yo pude hacer de las mías... las escalinatas eran una especie de laberinto vertical, que me comunicaban a puertas y más puertas. Los mosaicos de un tono borravino brillaban siempre. El primer descanso se iluminaba con un gran ventanal que daba a uno de los patios, frente a él una imagen de la Virgen del Espíritu Santo.
El fascinante mundo de ensueño se disponía bajo mis pies de mocasines negros y medias azules. Entrando a ese hermoso espacio y frente a mi una escalera caracol realizada en cemento te dirigía a una pequeña puerta metálica que siempre estaba cerrada.( Años después ya en secundaría nuestro profesor de catequesis nos llevó varias veces a contemplar las alturas desde esa inmensa terraza media, había una más alta pero no nos permitían llegar a ese paraíso).
Recuerdo algunos rostros sin nombres y algunos nombres sin rostros, mis compañeros. Recuerdo a la señorita Susana y a la señorita Marta, las dos maestras de primer grado. Marta me acompañó con sus mágicas historias a hacer crecer mi imaginario, pero nada hubiera sido posible sin él, mi amigo y compañero en la travesía primera de ser conquistadora en nuevas tierras, yo contaba con un terrateniente, no nos separábamos. Quiso la vida que ese fin de año nos despidamos con el mejor abrazo. No lo volví a ver, una enfermedad se lo llevó, yo seguí sola investigando terrenos nuevos y plantando bandera en su nombre.


Maga

Imagen real del Colegio Espíritu Santo, correspondiente a los inicios como escuela. Muchos años después mis zapatitos pequeños pisaron esas tierras y mis ojos vieron allí la magia.

Por aquellos tiempos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora