Despertar

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Imagina despertar un día en medio de la nada. Te levantas y comienzas a caminar pero que con cada paso que dieras hacia delante comenzaran a aparecer cadáveres. Primero uno luego dos, tres, uno nuevamente, cuatro, seis y uno otra vez hasta quedarte rodeado de muerte y descomposición.

El aire es a cobre y moscas. Escuchas los zumbidos de un enjambre a tu alrededor pero no hay nada. Tus pies están descalzos y sientes como la babosa carne podrida y sangre se mete entre tus dedos como si caminarás en alquitrán haciendo tus movimientos lentos.

Así era todas las mañanas de Luka cada vez que despertaba en aquel lugar luego de haber sido asesinado.
Después de rato se levantaba del suelo y se disponía a caminar. Las cosas siempre eran iguales con excepción de una cosa.

Una puerta. Mejor dicho un par de puertas dobles. Negros y de roble tallado con el cuento de un joven al que la muerte le negó la entrada al cielo y al infierno más no al mundo de los vivos.

Las puertas estaban enmarcados por un par de columnas blancas donde las caras de los gritos estaban grabados en ellas.

Aquellas puertas eran lo único que cambian. En ocasiones estaban a un par de metros de donde despertaba Luka, en otras, a más de un kilometro o mil.

Entonces, si tuvieras la opción... ¿Estarías dispuesto a quedarte en un lugar como este o seguirías caminando hasta toparte con la puerta?

La respuesta de Luka siempre era la misma y por ello siempre caminaba sin importar la distancia.

¿Cuál era su razón para regresar al mundo de los vivos? Solo él sabía o tal vez era porque no soportaba ver lo que veía.

Todos los cadáveres eran Luka. Todos las caras de la puerta también.

Con un leve empujón y con vista cansado, el chico al que muerte le había negado el cielo y el infierno abrió las puertas.

Walking Between Corpses (Caminando Entre Cadáveres)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora