No sabía exactamente por qué, todo a su alrededor era oscuro, tan oscuro como las cuencas de su máscara. Miró hacía ambos lados tratando de encontrar alguna respuesta, pero era imposible, todo seguía oscuro. Se sentía raro, sentía una opresión muy fuerte en su pecho, con cada latido había un dolor muy grande.
No podía aguantarlo, y por inercia trató de llevar su mano hasta su pecho apretando su camiseta con fuerza pero, algo le daba poco movilidad en sus manos. Miró hacia abajo encontrándose con cierto brillo blanco, que se volvía gris hasta fusionarse con el negro como todo lo demás. Volvió a mover su mano y está ocasionó un ruido metálico, dos cadenas chocandose.
¿ E h . . . ?
Ese ruido ocasionó que todo a su alrededor se llenará de destellos blanquecinos, pero eso lo cegaba, así que su vista estaba completamente borrosa. Todo comenzaba a hacerse más claro, ahora no era solo una luz blanca si no, también destellos azules y rojos.
No solo ese ruido metálico, si no también un ruido pitante que se escuchaba varias veces, era una sirena. Incluso también había personas hablando, gritando, teléfonos, y lluvia.
Todo era demasiado fuerte para el.
No sabía cómo pero aún con la inmovilidad en sus manos apretaba sus orejas como podía mientras cerraba sus ojos con fuerza, era tan doloroso y estresante que su cabeza ya comenzaba a doler con intensidad en una palpitación similar a su corazón.
Sin darse cuenta dos personas le agarraron de cada brazo respectivamente y comenzaron a caminar junto a el, lo estaban obligando a caminar, estaba siendo casi arrastrado. Realmente que por su propia cuenta no podía caminar, en cada paso que daba escuchaba a una persona diferente haciendo preguntas que no entendía. Y cuando los pasos se detuvieron, fue obligado a entrar en un lugar.
Abrió sus ojos poco a poco cuando ya estaba sentado en ese lugar, todo volvía a ser oscuro para el, pero ya no tanto. Todas esas luces estaban afuera, protegidas de una pared cristalina y ahí, fue cuando se dió cuenta donde estaba.
Estaba en su antiguo departamento y ahora está en un carro.
Un carro.
Un carro de policía.
A lo lejos escuchó una voz bastante conocida para si mismo, esa voz resonaba varias veces en su cabeza con cada letra que escuchaba, más aturdido por ello volteó la vista a su izquierda, donde estaba una chica tratando de correr hacía el mientras gritaba su nombre con todas sus fuerzas.
Esa chica era su mejor amiga.
Abrió sus ojos con sorpresa comenzando a comprender la situación al cien por ciento, y ahí fue en donde decidió mirar hacia abajo.
Sus manos estaban esposadas, y no solo eso... También estaban completamente llenas de sangre, al igual que su suéter y pantalones. Más exaltado que antes se vió en el espejo retrovisor y su respiración se volvió agitada... Su máscara tenía manchas de sangre. Y ahí comprendió todo.
El era Sal Fisher.
Y tuvo que asesinar a todos.
