Capitulo 2

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El vaso frío en la ventana se derrite. Aún no recuerdo la última vez que hizo frío aquí. Me recojo el pelo largo en una coleta medio deshecha y me lavo los dientes. Me miro al espejo, esta situación está acabando con todo el mundo, incluso conmigo. Las ojeras cada vez son más profundas. Cojo un poco de rímel y me lo aplico en las pestañas.
-Un día más es un día menos.. - suspiro a mi reflejo desgastado- habrá que mantener la imagen de la cordura supongo.
Recojo la habitación rápidamente y voy al salón. El silencio es ensordecedor. Da escalofríos.
Hace meses que no veo a mi padre, marchó al campo de batalla en Febrero, cuando aún había esperanzas para acabar con todo esto. En cambio mi madre parece no notar su ausencia, siempre ha sido una mujer fuerte, pero quizá lo es demasiado. Nunca la he visto llorar, ni siquiera cuando hace unas semanas nos notificaron que mi hermano había muerto en combate.
Es difícil todo esto, muy complicado. La gente va y viene, unos nacen y te llena de alegría y a la vez de tristeza de que tengan que vivir estos tiempos tan duros. En cambio, otros mueren, y no hay tiempo de funerales, ni tiempo para llorarles, el mundo se ha vuelto loco, como si ahora fuera a 315 kilómetros hora cuando antes casi costaba acelerar.
Además de mis padres y Will, mi hermano, del que os he hablado hace un momento, tengo otro hermano, Ares. Si, mis padres fueron un poco raros eligiendo nombres, pero bueno, esa es mi familia. Ahora Ares está a punto de cumplir 16 años, solo es un año menor que yo. Will cumplió hace unos meses los 21, y aunque parezca increíble, jamás volverá a cumplir años.
Me quedo parada frente a la ventana permitiéndome un segundo para pensar, y una lágrima recorre lentamente mi mejilla hasta que la atrapo velozmente con el dedo índice.
Ahora debo ir al trabajo, tengo que mantener a mi familia como sea, y conseguir dinero para impedir que Ares vaya a cumplir con el servicio militar, solo me quedan 4 días para recaudar 5000 € más antes de que cumpla los 16. Se que es misión imposible, pero no dejaré que nadie más de mi familia muera por esto.
Salgo por la puerta rápidamente para no llegar tarde a la cafetería donde trabajo. Cierro de un portazo y bajo las escaleras como si me fuera la vida en ello. El periódico, descansa en el alféizar de la ventana del portal, como de costumbre. Lo recojo delicadamente para leerlo por el camino.
<Más de 100.000 muertos en lo que va de año a causa de la guerra>  dice el periódico como titular central. Más abajo se puede leer un artículo de el comienzo de la guerra, causas y consecuencias. Os haré un resumen para q me entendáis, para que podáis entender todo esto.
Hace año y medio, más o menos, los lideres del país acecharon con probar sus peores armas biológicas contra nuestro país, pueblo a pueblo, si no pagábamos los altos pagos que nos pedían. El pais estaba en la ruina por culpa de sus robos y sus estafas y nosotros éramos los que teníamos que pagar todo su despilfarro. Muchos estados se revelaron y otros simplemente acataron con las normas. En total somos 5 estados los cuales formamos la nación de Iris. A cada estado se le adjudicó un elemento como nombre. El estado del aire, del fuego, del agua y de la tierra. Por último el estado del diamante, es donde viven los ricos y donde se encuentra el trono. Mi familia vive en el estado del agua, nosotros nos revelamos, pero éramos débiles, indefensos, y nos sofocaron rápidamente. Aún así los demás estados nos necesitan y debemos mandar a todo hombre mayor de 18 años a luchar por nuestros derechos. Se rumorea que las armas biológicas del trono van a ser utilizadas en breves por ello también deben ser mandados los varones comprendidos entre los 16 y los 18 años. A no ser que aportes una generosa cantidad de dinero para financiar la guerra, porque claro, a todos nos gusta el dinero.
Cuando me quiero dar cuenta estoy en la cafetería. Me pongo el delantal y enciendo la cafetera y la radio. La cual anuncia algo que me deja helada:
- A consecuencia de las duras etapas por las que estamos pasando, se ruega y otorga, que todas aquellas mujeres comprendidas entre los 16 y los 32 deberán, al igual que los varones, presentarse al regimiento militar para ser entrenadas y enviadas al campo de batalla para luchar por Iris, una ración libre y fuerte, con el plazo de 2 días para dejar todos sus asuntos en orden. Un cordial saludo, Heilen, el presidente de la república. - suenan tres pitidos y  fin del comunicado.
Algunas mujeres que habían pasado a tomar un café se tiran desconsoladas al suelo pensando en sus hijas, nietas o sobrinas. Un estruendo suena a mi lado cuando me giro para darme cuenta que se me ha caído la cafetera al suelo haciéndose trizas. Un hombre de unos 65 años me ayuda a recoger los pedacitos rotos. Al terminar me agarra la mano y mira tristemente.
-Todo va a salir bien pequeña- me susurra.
No, nada va a salir bien. Nos van a enviar a mi hermano y a mi, a luchar. Mi madre se quedará sola cuidando a mis abuelos y a mis primos pequeños. Pero aunque me haga sentir mal, eso no es lo que más me asusta.
- Voy a morir en esta estúpida guerra - susurro.
El hombre me mira alarmado y deja resbalar unas lagrimas por su mejilla.
- No cariño, eres...
- Una idiota que se creyó que todo esto saldría bien - grito en mitad de la cafetería.
Me levanto rápidamente, tiro el mandil al suelo y salgo corriendo a mi casa.
Nada está bien, voy a morir, mi hermano y mi padre también. Mi madre, no podrá con tanto dolor. ¿Llorará por mi muerte? No creo.
Me siento en la acera y decido dejarme unos segundos para respirar.
- Tengo que hablar con Andrew. - susurro finalmente antes de levantarme.

PARAR EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora