Sipnosis🌛
Jess como la mayoría de los adolescentes tiene un amor platónico. Probablemente no se trate de un cantante famoso que vive a kilómetros de ella, pero si de una chica que conoció por casualidad, Jess haría cualquier cosa para que los ojos...
No son míos tus labios pero son tuyas mis palabras:
esos labios que han sido de otras; estas palabras que no han sido de nadie .
Ambos podrían formar besos que serían de nosotras.
Lo nuestro es sólo el tal vez, el mañana, el jamás, la posibilidad sin concretarse, todas las vidas que pasamos juntas; excepto esta vida.
Tuyos son estos versos donde grito que te amo; tuyas son las noches en las que los escribo, en las que no duermo por soñarte despierta. Toda yo soy tuya mientras te escriba, mientras te ame, mientras me baste tu mirada en mis ojos, tu silueta imaginaria junto a mi cama, el recuerdo de tu pelo artificiosamente negro.
Esa tu mirada que otros han incendiado y que luego extingue el fuego con un llanto inmenso: el llanto de la pasión muerta, del adiós fulminante. Ese tu pelo que acariciaron otras manos, excepto estas manos que anhelan juntarse con las tuyas.
Y es cierto que un día no te amaré más; pero hasta ese día soy tuya, aunque nunca seas mía.
Serás de otra, seré de otra; seremos de alguien más y nunca de nosotras.
Y mil besos volverán a ser tuyos, y mil y una noches volverán a ser mías.
Y las horas que pudieron ser nuestras no serán de nadie.
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En la melancolía de la noche
mis labios buscan tu piel, quiero, detener el tiempo, La noche sigue su curso, no escuché tu voz, mi cuerpo reclama el tuyo y un imposible es.
Porque quizá en otros brazos te olvidaste ya de mí mientras que yo en mi desvelo tal vez muera de amor.
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En la soledad de mi cuarto
y el silencio de la noche la nostalgia viene a mi por el tiempo que se ha ido.
Al mirarme en el espejo una lágrima rodó por descubrir las huellas que a su paso me dejó.
Huellas de tristeza huellas de alegría huellas de dolor pero también de mucho amor.
Justo llegas a mi vida cuando la mujer dormía El otoño había llegado y por aparecer estaba el ocaso del día.
Muerta como mujer sin ninguna ilusión Alejada del placer y de cualquier emoción.
Oh! Destino que juegas conmigo cual pelota de pin pon me tratas Me das sin sabores y alegrías y cuando quieres al final me atrapas.
Acepto el paso del tiempo en mi largo caminar Y si he de seguir sufriendo que siempre sea por AMAR.
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Te digo adiós, y acaso te quiero todavía. Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós. No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado las dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco, me lo sembré en el alma para quererte a ti. No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco; pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo, y el corazón me dice que no te olvidaré; pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo, tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida, mi más hermoso sueño muere dentro de mí... Pero te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.