El sol estaba alto y, para nuestros dos tiradores no era un problema, Jerry y Harry estaban en la punta de una montaña ni muy grande ni muy pequeña en medio de otras dos montañas, ahí estaban pecho tierra uno con el rifle en las manos, pero con la mira tapada por un pequeño plástico negro, y el otro estaba con unos binoculares buscando el objetivo.
¿Ya? - pregunto Jerry con el rifle en posición y las manos inquietas
Aun no- dijo Harry
Exactamente ellos no sabían porque estaban ahí, nunca habían disparado antes, bueno, Harry sí, pero solo fue con esas pistolas de balines.
Del lado donde ellos apuntaban había un pueblo llamado chamacuero. En él un desfile y los lindos muchachos bailaba con las lindas chicas, iban descalzos pisando el pavimento caliente. Cuando se escucha un sonido que perturbo el silencio de la música.
¿Que fue eso? - Dijo Harry quitándose los binoculares.
Un disparo-
¿Qué?, ¿fuiste tú?
No-
Bueno-
Y de nuevo estaban en silencio. Pero Harry no le quitaba los ojos de encima a Jerry. El desfile iba más lento, seguían bailando. pero con una leve pregunta ¿que había sido eso?
La música seguía igual. Harry volvía a mirar el objetivo, pero daba pausas para vigilar a Jerry pues lo notaba un poco nervioso, en un momento se escuchó otro disparo. Algunos espectadores al oírlo se fueron, no todos, pero si un pequeño grupo.
Harry descarto a Jerry. Pues lo estaba mirando cuando ocurrió la detonación.
Si lo oí- dijo Jerry
Oh bueno-
Las nubes se movían, hacia viento y nuestros tiradores seguían ahí uno mirando con la violencia y otro solo vigilaba, temblaban por el frio, luego sudaban por calor. Llevaban ahí semanas viendo días tras los desfiles. En ese tiempo ellos no habían disparado, pero tenían un objetivo. Sin embargo, no habían escuchado, en todo ese tiempo, algo así. Y en ellos dos vino la idea de que no eran los únicos, había otros ahí, si no buscando el mismo objetivo o alguno similar.
Anocheció y la vida nocturna de aquel poblado era interesante, martes y miércoles había fiesta después de los desfiles. Los otros días nada. Harry miraba por los visores y le contaba todo lo que pasaba a Jerry. Uno de esos días, estuvieron despiertos toda la noche, esperaban algo. El sol daba sus primeros pasos, entonces hubo otro, Harry miro como un águila caía. Harry había visto a esa águila durante toda la semana, realmente le gusta verla, pero era una de muchas y alguien ya había puesto los ojos en ella.
Sin objetivo, sin nada, solo ellos, pero sabían que tenían que hacer algo. por algo encontraron el rife debajo de la cama de Jerry. Estaban sedientos, de agua, de razón.
Harry miraba como los habitantes de chamacuero hacían sus rutinas, algunos pescaban en el rio, un rio largo que divida un poblado de otro, pero seguían siendo una dualidad por un puente mal logrado, pero que funcionaba. Jerry, callado, imaginaba todo lo que pasaba ahí abajo. Pero recordaba que estaban ahí por una razón. Así que intentaba no pensar en nada, aunque no podía evitarlo.
¿ya? Dijo Jerry
Aun no-
El clima ese día fue frio el cielo pronto se nublo pasadas las primeras horas de sol. Todo estaba en un tono gris.
Ese día el desfile fue corto, pero había algo distinto, Harry miro que había un carro alegórico con unas enormes palabras decoradas con flores de colores, morado, algunas azules y unas pocas rojas. Tenía como mensaje: OBEDECE. Y un tipo con un bonito traje saludaba a todos
Harry se quitó los binoculares con cierta violencia y se mostraba ansioso.
Tenemos objetivo- dijo Harry mirando a Jerry
Bien-
Jerry estaba por destapar la mira, pero en ese momento Harry lo detuvo.
Aun no-
Bien - dijo Jerry
Ese día el desfile fue más rápido de lo normal. Anocheció, estaban débiles llevaban días sin comer ni beber. Pasaron las semanas y el mismo carrito con las letras decoradas con flores se paseaban por el pueblo plasmando la misma idea. OBEDECE.
Un día de eso Harry le dio una palmadita en el hombro a Jerry, y Jerry sabía lo que significa, sin decirse nada Jerry quito el plástico de la mira
Deprisa- dijo Harry, no somos los únicos; dijo mientras observaba los alrededores
Entonces Harry le dijo la posición, Jerry encontró el objetivo puso su ojo sobre el pequeño telescopio del fusil, quito el seguro, apretó el gatillo. Se escuchó un clic. El rifle no tenía balas.
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cuentos mamones y mal escritos
Randomcuentos mamones y mal escritos sera el lugar donde publicare algunos cuentos, si bien son meh, me gustaría compartirlos