Contra instinto

Un trato

Cuando Zero despertó, ya no sentía dolor de cabeza y los recuerdo de lo que hizo con Asami estaba muy presentes.

Y a pesar de que eran un poco vergonzosos, Zero no lo lamento.

Sin embargo al ver que había despertado en una habitación solo podría haber molestado un poco su humor. Se levantó de la cama y noto que llevaba una piyama negra de seda que era muy grande para él.

Recordaba haber ido a dormir desnudo.

También. Estaba limpio.

—Mmm... al menos me cuido...

No le importaba saber a Zero como era la habitación, caminando hacia lo que supuso era la salida Zero camino contento que sus pasos eran firmes.

Puso su mano en el pomo de la puerta y giró. La puerta se abrió.

Con mayor confianza ahora Zero camino por un corto pasillo hasta llegar a lo que parecía la sala de este...

Apartamento? Lugar? Hotel?

No sabía en qué tipo de sitio lo había metido Asami.

Y estaba en un sala digna de catálogo de opulencia y riqueza. Todo moderno.

Su estómago gruñó y en vista que no veía a nadie, Zero mismo se puso la tarea de buscar comida en este lugar.

Prioridades gente.

Había una con una, completamente equipada y moderna cocina, pero lo mejor era que (Gracias Dios) estaba repleta de comida. Zero no dudo y comenzó a prepararse algo para comer, no sentía que estaba siendo abusivo, después de todo lo que había pasado por culpa del idiota ese, merecía un poco de comida.

Cocinar también le dio tiempo para pensar.

Que haría ahora?

Las cosas con Asami no eran fáciles, sobre todo por...

La propia naturaleza de Zero.

Comiendo su cuarto sándwichs Zero trato de pensar en un plan, dejarse llevar por sus instintos no sería bueno, él solo... no podía hacerlo.

—Veo que estás mejor...

Con las mejillas llenas de comida Zero levantó la vista para toparse con Asami el cual parecía estaba a punto de salir.

Tragando su comida antes de hablar el joven se levantó.

—Pensé que no estabas...— parecía que no estaba solo en este lugar.

—Debía encargarme de algunos asuntos...—

Una vez que el mayor se sentó enfrente de Zero se produjo un silencio un tanto incómodo. Que debían hacer ahora?

—Mi apartamento, debo regresar... — había ciertas personas que no estarían nada felices con él en este momento.

Los ojos dorados de Asami lo observaron.

—Eso no será posible por el momento...

Alejando el plato ahora vacío donde comió, Zero levantó una ceja al mayor.

—En serio?...— la incredulidad era clara.

—Te quedará aquí hasta que lo crea conveniente...

Zero lo seguía mirando, poniendo los codos en la mesa, recargo su mejilla en una de sus manos— ... quieres decir hasta que te canses de jugar conmigo?

El silencio que siguió le dio toda respuesta que necesitaba.

A pesar de la aparente calma, dentro de Zero había un cóctel de sentimientos variados, desde enojo, tristeza, una pizca de pánico pero mucha confusión.