Capítulo I

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Me remuevo un poco en la silla y rasco disimuladamente mi cabeza -¿por qué son tan incómodas las bancas de la universidad? - pienso.

Mi espalda duele y el calor en el aula se vuele cada vez más insoportable con cada minuto que pasa, pero uso todas mis fuerzas para no cerrar los ojos y dormirme en este preciso momento.

Estoy en mi último semestre en la universidad así que como ya era de esperarse tengo que enfocarme al cien por ciento, pero me pregunto -¿qué comeré hoy?- mis magníficos pensamientos sobre lo único bueno de la vida, o sea, la deliciosa comida, son interrumpidos por mi profesor de Estrategias Fiscales y Corporativas.

-Así que, necesito que cada uno se entreviste con algún abogado famoso de nuestra ciudad- dice mientra escribe algo en el pizarrón.

Por favor que no sea en equipo esta maldita actividad. Es lo único que puedo pensar, ya que, honestamente, mis compañeros son unos inútiles, de verdad me aterra el hecho de que algún día estos monstruos serán los abogados de otras personas, que desgracia tan grande.

El profesor Karl se gira para quedar de frente a los 30 pares de ojos que lo observan atentos.

-El trabajo será realizado de manera individual, espero un avance decente dentro de dos semanas- nos mira con amenaza y todos asentimos.

Gracias Dios, pienso para mi misma y sonrio aunque que nadie puede verme ya que me gusta estar en primera fila en las clases.

Después de terminar nuestra clase con el profesor Karl, salgo del aula y a unos pasos me encuentro a mi mejor amiga Less.

-Less- la jalo del brazo suavemente hacia un lado del pasillo que se encuentra muy transitado, para que tengamos un poco de privacidad.

-Gia hasta que te dejas ver, en la mañana no escuché cuando saliste del departamento- me dice y puedo notar un poco de reproche en su voz.

-Lo siento, es que tenía prisa por llegar a la facultad, pero quería avisarte que tal vez llegue un poco tarde hoy- hago una pausa para tomar aire ya que creo que estoy hablando muy rápido.

-¿Qué? ¿Por qué? - me responde con confusión en sus ojos.

-Tengo que ir a entrevistar a un "abogado famoso de la ciudad" - hago comillas con los dedos mientra pronuncio las últimas cinco palabras.

-Bien, sólo ten cuidado- me mira como lo hace mi mamá y yo sonrió con cariño - ¿A qué hora vuelves a casa? - pregunta. ¿Mamá eres tú?.

-No tengo idea, pero te mando un mensaje cuando esté en camino al departamento- agacho mi mirada para ver la hora en el reloj que llevo puesto en mi mano izquierda - Por Dios Less, me largo, ya no puedo faltar más- le mando un beso con mi mano y corro a toda velocidad a mi siguiente clase.

He investigado un poco en Internet sobre abogados famosos en mi ciudad, hay tantos y debo elegir solo uno, encontré a un tal Samuel Salt, que, al parecer, es dueño de una empresa petrolera y que justamente ha instalado sus oficinas en la ciudad hace seis meses, me parece buena idea, además de que sus oficinas están a unos quince minutos del campus, según mi aplicación del mapa que tengo instalado en mi celular.

Miro hacia el cielo mientras acomodo mi bolsa negra en mi hombro, al parecer se avecina una tormenta. Ni modo. Necesito avanzar con mi tarea lo más pronto posible.
Me instalo en la parada de autobuses, y cuando veo que se acerca el que me lleva al lugar donde están la oficinas lo tomo, me toma unos diez minutos llegar al lugar que marca mi mapa y cuando llego mi mandíbula casi cae al suelo.

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