Tony Stark no tiene corazón

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Tony Stark: un hombre extraño. Extraño para lo que él decía ser: un hombre que adoraba experimentar, no solo en el campo de las maravillas científicas sino que él mismo resultaba ser tremenda mariposa social que revoloteaba por todos lados, todo el tiempo explorando sus propios límites  y capacidades.

A pesar de ser todo eso y más, nunca creyó que experimentar cariño fuera necesario; ¿por qué ahogarse con toda esa brillantina y pegajosidad que a la gente parecía encantarle?. El "sabía"que era el cariño, ¿no?. Lo gracioso es que de las miles de cosas que Tony quiso explorar, el cariño nunca formó parte de la lista y aún así se atrevía a pensar de qué  sabía de lo que hablaba cuando lo negaba rotundamente. Quizá Howard sepa algo de eso, aunque quién sabe, está muerto.

Nunca tuvo que lidiar con esa necesidad de mostrar afecto, las personas que sabían lo que valía se quedarían y las que no, bueno, ellas se lo perdían.  Aunque algún super soldado o un niño  con más fuerza de la que debería tener o incluso uno de sus cientos de choferes habían logrado picar un espacio en su corazón de piedra, Tony nunca había sentido la necesidad de estar soltando flores y pétalos para demostrar el mínimo cariño.

Era martes, o ¿tal vez miércoles?, realmente no importaba tanto como pareciera si este fuera un día como otros, solo que no lo era. No, definitivamente era martes, ese día el representante de industrias Stark tenía una reunión de suma importancia con embajadores Wakandianos para discutir que tanto les convenía a la gente de dicha nación que Tony pusiera sus manos sobre ese bonito Vibranium.

Bueno, entonces era un martes como no cualquier otro, cuando Tony salió de su cueva a la que le gustaba llamar taller y se dispuso a preparar un poco de un lodo negro al que llamó café.

—Viernes, cariño. Que hay de nuevo hoy.

—Buenos días, señor. Reporte de la bolsa estable, la Organización de las naciones unidas tan útil como siempre y una nueva cepa de un virus todavía desconocido en Henry J. Carter: los pacientes manifiestan sangrado ocular, oral, ótico y nasal, además de dolor muscular y glóbulos blancos considerablemente bajos.

La mirada de Tony se frunció ligeramente ante la mención de una enfermedad que lo podría hacer sangrar por todos los orificios posibles, al mismo tiempo que revolvía con una cuchara lo que sea que acababa de salir de su cafetera y miraba el líquido como si tuviera algo interesante que decir.

—No quiero que pienses que no aprecio tu información, Vi, pero ¿A mi qué?

Si alguien observara a Tony desde la distancia, probablemente su ceño estaría profundamente fruncido debido a que  este parecía estar discutiendo consigo mismo

—Resulta en un riesgo para la ciudadanía tipo 6, señor

—oh, ya. Un puñetazo en el estómago, ¿tengo algo de que preocuparme?

Antes de hacer cualquier cosa precipitada vertió aquella sustancia sospechosa en su garganta pensando brevemente que realmente era una mutación muy extraña de influenza.

—Por el momento no, señor, han sido casos aislados-  Bueno, eso fue esta mañana aproximadamente hace 30 minutos. Parece ser que es terriblemente virulenta.

—Entonces debo preocuparme

—Los casos se han triplicado desde las últimas dos horas

Tony sintió que su estómago se hundía mientras rellenaba su taza, ¿por qué?, puede ser por que en el fondo de su corazón temía que todas las personas a la que quería pudieran estar en peligro. O tal vez fue el lodo negro que acababa de aspirar.

—Um, comienza con el protocolo ADIV, linda. Y quiero un reporte de eso en mi escritorio a las 12 del día sin falta.

—Son actualmente las 3 de la tarde, señor.

Todos quieren a TonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora