Tenebris

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Ya caída la noche, Dan se preparaba para volver a su casa, así que John decidió acompañarlo hasta la estación de trenes que quedaba a unos pocos minutos de su casa, mientras caminaba Dan dijo:

— Oye John, ¿de verdad no estas ocultando nada?, si tienes algún problema puedes contármelo, te escuchare— dijo sonriendo

— Tranquilo Dan, ya no es de importancia— le dijo John sonriendo.

— ¿Seguro? — volvió a insistir Dan.

John estuvo a punto de contarle lo que había pasado, pero se detuvieron abruptamente, de forma inmediata John le pregunto a Dan:

—¿Ves a esa niña? —, no era la misma niña que John había visto al principio, era otra, vestía de color rojo y azul, y tenía el pelo de color negro.

—Si, la veo, ¿estará bien? — susurro Dan.

John estaba decidido a no volver a pasar por lo que paso, no quería volver a sentirse de nuevo de esa forma, mientras John se acercaba a la niña Dan dijo:

—¡Espera John! — Dan estaba preocupado, una niña caminando sola a altas horas de la noche no era algo común, Dan no comprendía porque John estaba tan decidido a ayudar a la niña. Finalmente, John se acercó a la niña y le pregunto.

—Oye niña, ¿Estas bien?— mientras se arrodillaba para agarrar su mano.

John inmediatamente noto que su mano estaba muy fría, casi congelada y pudo observar que su piel tenía un tono muy claro, la niña estaba pálida, John volvió a hablarle y le dijo

—Oye, ¿te encuentras bien?, ¿dónde están tus padres? — La niña seguía sin responder, John ya se encontraba nervioso ya que la niña parecía muerta en vida. Dan se encontraba acercándose a John cuando le dijo

—John, creo que deberíamos irnos de aquí, llevémonos a la niña a una estación de policías— mientras Dan decía eso las luces de la calle se apagaron y quedaron a oscuras.

—¡Dan!¡Dan!, ¡¿dónde estás?!— gritaba John a todo pulmón

John no sabía qué hacer, no quería dejar a Dan ahí, pero algo le decía que tenía que correr, que tenía que salir de ahí cueste lo que cueste, y en un abrir y cerrar de ojos volvieron las luces. John pudo volver a ver su alrededor, no estaba la niña, ni estaba Dan, pero la ausencia de estos dos no significaba que John se encontrara solo, todo lo contrario, John no se encontraba solo, a pocos metros de él se encontraba una especie de sombra, esta sombra estaba devorando algo que John no alcanzaba a ver, John no quería moverse ya que sentía que si se movía sería asesinado en un instante, desesperado cerro los ojos y pensó en que podría hacer para salir de esa situación, John pudo ver a sus pies una roca, la agarro y decidido lanzarla lo más lejos posible, pensó que esto distraería a la criatura, y así fue, la criatura salió disparada hacia el lugar donde cayó la piedra, aprovechando que la criatura se había ido John se acercó hacia lo que estaba devorando la criatura, no podía creer lo que estaba viendo, era el cuerpo mutilado de una niña pequeña, horrorizado empezó a correr, pero ya era tarde, la criatura había regresado.

Media al menos tres metros, tenia dos patas pequeñas y un par de brazos largos, su piel era oscura como la noche, su boca llegaba de extremo a extremo y sus ojos no eran visibles. La criatura se encontraba a escasos metro de John, tanto así que podía sentirse el olor que esta desprendía, además con la combinación de la sangre desprendía un olor repugnante y ácido.

Con cada instante que pasaba la criatura se acercaba mas y mas hasta tal punto de estar frente a frente con John. La criatura solo miraba de frente, como si esperara que John hiciera algún movimiento o sonido.

—No respires— pensaba John

John supuso que la criatura era ciega debido a que no podía ver sus ojos, pero sabia que cualquier sonido alertaría a la criatura. John ya no podía aguantar la respiración, si respiraba moriría. La criatura se mantuvo inmóvil, como si esta pudiera ver a John, esta respiraba cerca de John de forma grotesca, esperando cualquier sonido.

Cinco minutos, cinco minutos pasaron desde que Dan desapareció, en cinco minutos la vida de John dio un giro de 360 grados, en tan solo cinco minutos John tendría que luchar por su vida.

John ya estaba en su límite, no podía seguir aguantando la respiración, ya no podía evitar temblar del miedo, resignado a perder su vida respiro, pero justo en ese momento las luces volvieron y la criatura ya no estaba.

—¡John! - grito Dan—¿Dónde coño estabas?, desapareciste un par de minutos y apareces de la nada. No me asustes así.

John estaba alegre de escuchar a Dan, pero su alma y cuerpo estaban impregnadas de miedo, miro hacia el lugar donde estaba la criatura y se desmayó.

Todo estaba oscuro, pero se podía oír algo al fondo, era una especie de llanto, al poco tiempo se fue aclarando hasta que todo se aclaró. Era Enit la niña asesinada hace un par de semanas. John estaba estupefacto, se acercó e intento tocarle el hombro, pero su mano la traspaso, estaba en algo parecido a un "flashback". 

La niña se encontraba en un parque, parecía perdida y no paraba de llorar. Pasado unos segundos se pudo escuchar a alguien.

—Oye niña, ¿estás bien? —dijo una voz muy desagradable, era áspera y molesta.

—¡No! — grito la niña desesperada

— Tranquila niña, no muerdo — riéndose entre dientes — Cuéntame que tienes, no temas— acercándose a la niña

— No debo hablar con personas sospechosas, y menos con usted, me parece muy sospechoso— dijo la niña enojada

— Emily y Brand hicieron un buen trabajo criándote— dijo sonriendo el hombre

— ¿Conoces a mis papás? — dijo la niña entusiasmada

— Si, si, si, somos muy buenos amigos, pude reconocerte debido a que eres igual a Emily de pequeña— Dijo sonriendo el hombre sonriendo

— Sí, siempre me dicen eso — Sonrió la niña

— Ven, te llevare con tus padres. Me llamo George— dijo el hombre mientras le extendía la mano a la niña

— Un gusto George, soy Enit— dijo la niña tomando su mano.

Elhombre era alto, como de dos metros aproximado, vestía un abrigo negro y largo,fedora negra y su rostro no era visible. John sabia que las intenciones delhombre no eran buenas, además de que la conversación fue muy poco común Un hombre acercándose a una niña de la nada, ofreciéndole ayuda y mencionando a sus padres no puede ser algo normal. Decidido intento de nuevo tocar el hombro de la niña... esta vez si pudo agarrarlo. Inmediatamente la niña se volteo y quedo mirando hacia donde estaba John.

—¿Todo bien niña? — pregunto el hombre

— Sentí una mano en mi hombro, puede que solo sea mi imaginación— dijo la niña

— ¿Una mano? — Pregunto el hombre

El hombre inmediatamente dirigió su mirada a John y se quedo mirando fijamente. John sentía que se asfixiaba, estaba a punto de perder la consciencia de nuevo.

—Tranquila Enit, no hay nada. Y si lo hubiera no nos molestaría — dijo el hombre sonriendo mientras seguía caminando.

John volvió a recuperarse cuando el hombre quito su mirada, se encontraba asustado y confundido, pero pensó:

— ¡No volverá a pasar!, no dejare que se la lleve — pensó

John corrió decidido a ayudar a la niña, de algún modo sabia que se encontraba en el pasado. Pensó que quizá de algún modo podría salvarla, pero, ya se estaba haciendo tarde, todo se estaba oscureciendo.

— ¡Espera! ¡No te la lleves por favor! — gritaba a todo pulmón.

Ya era tarde. 

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora