Un sueño.
Camino por medio de un bosque, observo, siento olores, colores... los rayos del sol le dan un toque de magia al lugar, por la luz que veo parece ser de mañana. Sigo caminando, no pienso en nada, sólo observo, sólo respiro, una y otra vez, sin prisa, sin preocupaciones, sin nada que tenga que hacer luego de esto. Siento el sonido del agua pasando sobre piedras a lo lejos, creo que estoy caminando hacia un río, la verdad no lo sé, sólo camino.
Sólo estoy yo, en esta inmensidad, sólo estoy yo, conmigo. Me observo, me siento, siento tranquilidad, aunque a lo lejos también, siento que algo dejé atrás, algo que quise mucho, pero sigo caminando y sonrío, me siento bien, se siente bien.
Pareciera que llovió hace poco, hay un fuerte olor a tierra mojada, las hojas, al pasar por sobre ellas, no suenan, están húmedas, las miro y están cafés, como si estuviese llegando recién el invierno, se siente esa humedad rica en el aire, en el ambiente, vuelvo a inspirar, se siente bien, sigo avanzando, sin perderme ningún detalle. Sólo se atraviesan por mi camino animales pequeños, insectos, conejos, mariposas, caracoles.
No hay ruidos, no hay obligaciones, no hay temores, no hay incertidumbre, tengo energía, quiero seguir, no para llegar a algún lado, sino para seguir disfrutando de este momento, siento paz, vuelvo a respirar, inspiro, y luego boto, el aire entra por mis fosas nasales limpiando todo rastro viejo de miedos, de penas, de culpas, ya no hay nada de eso, el aire que entra me limpia, me abraza, me ama.
Cada vez siento el agua más cerca, creo que me estoy acercando al río, o lago, no lo sé, sólo sé que me estoy acercando, lo siento. De pronto, veo una mariposa venir, no es como cualquier otra, es un poco más grande, y sus alas son en punta, se acerca aún más, puedo ver unas especies de pies que siguen alargando su figura, es de color rosado con mucho brillo, de pelo castaño. Se me acerca.
-Estás, llegando. Cada vez estás más cerca... -me dice una voz que casi no puedo escuchar, como un tintineo, se acerca cada vez más hasta quedar frente a mi, no me detengo, ella sigue volando en el aire manteniéndose frente a mi avanzando de espaldas, es hermosa.
-¿Dónde? -le digo sonriendo, sigo avanzando
-Cuando llegues, sólo ama... no les hagas daño, ellos te aman, no juzgues, no supongas, no pongas palabras tuyas en la boca de otros... -dijo, y se fue
~No quiero hacerle daño a nadie ~pensé
Sigo mi camino, comienzan a aparecer animales más grandes. No les tengo miedo, ellos a mi tampoco. Pasan junto a mi, como si fuese uno de ellos, y siguen su camino en distintas direcciones. Siento voces que me llaman con amor, no tengo nombre, pero sé que me están llamando a mi, como si me estuviesen esperando, no alcanzo a escuchar bien mi nombre, pero sé que no tengo, yo sólo soy.
El cielo comenzó a ponerse de un color rojizo y morado, creo que está atardeciendo, no siento frío, o calor, o hambre, no siento deseos, sólo soy, sólo me muevo, camino, voy. Sonrío, no sé por qué razón, aunque no debo tener una, sólo tengo ganas de sonreír.
Aún no reconozco el lugar, aunque no es esencial para mi recordar, no he podido hacerlo. El bosque comienza a desaparecer y , de noche, llego al río, está calmo, no agitado, el agua corre tranquila a través de él, lo abrazan, se abrazan, son uno. La luna sonríe, llena, brillante y enorme, se ve majestuosa, hago una reverencia y le sonrío, somos uno. Me siento junto al río y puedo ver peces felices dejándose llevar por la corriente, no juzgan, no tienen miedo, saben que el río los llevará seguros a su destino. Se ven tranquilos, felices, sonríen y siguen su camino, yo los observo, no pienso en nada, solo disfruto del placer de estar junto a ellos a orillas de un río calmo.
YOU ARE READING
Ser
Teen FictionSiempre quiso ver las estrellas de cerca, subirse al sol, sentir el olor del universo en su inmensidad, ver qué había más allá; cuando lo que realmente tenía que hacer era mirar más acá. Conocer su universo interior, verse a si misma, sentirse, amar...