Lauren

Las Criptas Mistéricas

LAS SOMBRAS DE LAUREN

AZË LENÚ, AÑO DE ELKENIAS, 16 DE VERÉN

Las sorprendentes y honradas tierras de Azkelonia, mantienen un antiguo legado de leyes casi arbitrarias, pero su gente no resguarda la expectativa de sus ideales, sino más bien, se enorgullecen de su falsedad. Lauren, archiva sus antiguas memorias en el altar de Navreth, en búsqueda de un archivo secreto,que contiene cientos de pergaminos. Relacionados con la masacre de la antigüedad,e historias anecdóticas de Aurora la sacerdotisa. Se dice que apuntaría hacia un conocimiento casi patrimonial, sobre la derrota de Krethukun el inmenso dragón,a través de artificios recónditos. Mientras averiguaba, le dieron una pista. Un viejo sabio y anciano en las colinas más allá de los bosques frondosos, conocía esos misterios. Timothios Leren, un archí conocido hechicero y bibliotecario exiliado por los reinos de Azkelonia, quizás mantenía en su hogar, ese manuscrito. El espíritu revelador de Aurora, le indicó a Lauren su destino. Iren búsqueda de esa sabiduría ancestral, más allá de las artes de la Astrolesía. 

1. Las Criptas mistéricas

—¡He recorrido muchas leguas para conocer si conocéis los misterios, y cada palabra que me decís, sólo me obsequian una confusión mental! Te ruego que me digáis, específicamente ¿Dónde está ese pergamino?; si lo hacéis os daré cincuenta monedas de Zephinos. —Lauren intrigada, intriga a Timothios Leren.

Lauren una chica de veinte años, extremadamente inteligente, bajo la sutileza espiritual de su anecdótica belleza élfica, pero siendo presa del cuerpo humano, mantiene una postura firme y cautelosa. Gran parte de su alrededor, es simplemente una correlación, entre cientos de fantasmas mentales, que hacen de ella una superdotada de instintos placenteros, en búsqueda de sus facciones realistas. Está dedicada, a una investigación natural o quizás sobrenatural de mitologías extensivas, paulatinamente artísticas y expresivas. Dará hasta lo último como una buena cazadora de conocimientos arcanos, la necesidad de encontrar ese misterioso pergamino. Conducida por una soberbia melodiosa en sus entrañas, el sabio era su única esperanza. Esa substancia abnegada que, en tan poco tiempo, vislumbro de características sobrehumanas. Lauren, con sus pardos ojos, su extensa melena, resguardaba su preciosidad ante las intrigas de cualquier ser humano existente. Muchos la han llamado una venus sobre el mundo de Zeigar. 

—¡Por Mahtyn, ¡Diosa de la caridad, he deciros que debo pensar en vuestra oferta! A pesar mis ochenta años, la belleza y esplendor de una mujer como vos, solo me trae un relámpago de luminosidad. —Timothios estornudó— La simpleza de tu condecoración, es increíble, cincuenta monedas de Zephinos, es bastante, aunque debo advertirte que con esto sólo viviré en un jardín de betarragas. Y como veréis, todo hombre tiene una penuria. Mis intereses van más allá de los cotidianos.

La consternación de Lauren ante la respuesta del anciano, dejó helado hasta los últimos de sus huesos. Sus faenas mentales, se estaban concluyendo. Siendo que ella resguardaba un espíritu frío ante las determinaciones, no intuyó que el anciano no querría su dinero. Pero ¿Qué es lo que buscaba aquel intrépido ser? Quizás ahora, debía escuchar más lo que él, presentaría ante el juicio de sus peticiones más internas.

—Ante vuestra observación Lauren, casi en su totalidad mis necesidades han sido cubiertas. Exceptuando una llama casi empírea que necesito en el alba de mi ser. Como veréis antes de partir de este mundo, caótico y anecdótico, he de asegurar que vos seáis digna del pergamino. El antiguo testamento de Aurora, es sólo para algunas almas, llenas de su inmensa sabiduría, entiendan el valor trascendental, en medio del umbral casi maldito de su desaprobación. Sin embargo, necesito algo que debéis entregarme. Es un simple objeto, llamado El talismán de Zaiyün. Si me obsequias aquel magnífico aparato, y pasáis por vuestra prueba, el testamento de la sacerdotisa, estará en vuestras manos.