Sin temor, desnudaste tu alma ente mí,
vi la pureza y belleza de tu ser...Te mostraste débil y vulnerable,
ya no existían barreras entre nosotros,
el tiempo se detuvo, solo éramos los dos...Te amé con desesperación y te sentí afable.
La vehemencia del momento nos hizo enloquecer,
perdidos en la intimidad de nuestra existencia...Embelesado por la ternura de tu carácter,
nos dejamos llevar por emociones aún desconocidas para nosotros.
Éramos uno solo, envueltos en la eternidad de nuestro amor...