Capítulo 8 | Acéptalo Alonso

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Narra ___________

Mirando a la nada. Me gustaba hacerlo. Nos pasa a todos, creo. De esas veces en que te sientes tan estresada que salir de tu mundo para pensar en nada, es algo totalmente satisfactorio. Te olvidas de todo, y de todos. Pero lamentablemente los problemas seguían en mi vida.

Habían terminado las clases, tenía algunos minutos esperando a Alan en la salida sentada en un rodete con el celular en la mano. Durante todo el día, después de la primera clase claro, Alonso no había vuelto a buscarme. Debo admitir que eso me desanimó demasiado, sentía que no quería arreglar las cosas, sentía que tal vez él quería que yo solucionara las cosas, de ser así, no sabía por dónde empezar. Yo sé que ya había dicho todo lo que tenía que decir, pero ¿y si él no lo sabía?. Desde que comencé a sentir mariposas en el estómago por Alonso, siempre me imaginé que si llegábamos a ser algo más, las cosas serían como en los libros pero ahora comprendo que las cosas no siempre serán color rosa, no al menos en mi vida.

–Hola –Jos se sentó frente a mí, sonreí de lado.

–Hola. –me crucé de piernas, con todo lo estresada que estaba me había olvidado de él.

–¿Cómo te fue hoy? –Dejó su mochila en el suelo.

–Más o menos –desvíe la mirada.

–¿Problemas con matemáticas? –puso sus codos en sus rodillas y recargó su cabeza en sus manos, me miró atento.

–Ojalá. –Reí sin ánimo, volvió a su posición anterior.

–¿En el corazón? –noté seriedad en su pregunta, desvío la mirada y recargó sus brazos hacia atrás apoyando su cuerpo.

–Algo así. –Comencé a jugar con el pasto del rodete.

–¿Qué sucedió? –Se recargo en el árbol del rodete. Lo miré y supe que no era justo para él contarle todos los detalles de mi discusión con Alonso, no lo merecía.

–Nada importante –baje la mirada.

–Pues debe serlo porque te tiene así –se acercó más a mí.

–Pues a mi todo me afecta demasiado. –Me encogí de hombros, sonrió. Me gustaba su sonrisa. ¿Qué? Jamás pensé eso.

–No debería. –Siempre me miraba directo a los ojos, sin despegarlos ni un sólo momento. Me ponía nerviosa, realmente nerviosa.

–No lo puedo evitar. Es complicado no sentirme mal por todo. A veces siento que todo lo hago mal. –Y así era.

­­–No deberías sentir eso. Desde que te conozco, puedo asegurarte, que eras la única persona que nunca me ha decepcionado. –Baja la mirada y comienza a jugar con el pasto.

–¿En serio? Pues ahora me siento más comprometida a no meter la pata ­–sonrió ampliamente, me hacía bien estar con él.

–Pues no creo que eso suceda, sé que no. –Me miró y sentí mis mejillas arder por la cercanía de su rostro–. Y bien ¿me vas aceptar la salida por el helado? –Desvíe la mirada, no quería empeorar las cosas y sabía que haciendo esto, llegarían más problemas.

–Jos, no quiero que pienses que te estoy evadiendo y esas cosas, es sólo que... –lo miré rápido–, ahora no estoy en mi mejor momento.

–Lo entiendo. –Sonrió sin ganas y se alejó un poco de mi–. No te voy a culpar, el colegio no ayuda mucho que digamos ¿cierto? –Estaba tomando su mochila, asentí.

–Pero te prometo que yo seré la primera en invitarte cuando todo este lío pase. –Me acomodé para pararme.

–Bueno, entonces esperaré esa invitación. –Sonrió de nuevo, esta vez feliz–. Te dejo –se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. Se separó de mí y me miró unos segundos, inevitablemente me sonroje por su cercanía de nuevo–. Te veo el lunes –susurró y mi piel, se estremeció. Dios, que demonios me estaba pasando.

Algo más que amigos | Alonso Villalpando, Jos Canela & tú | Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora