Único

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La primera vez que vio a Yoongi, él usaba una camisa roja de franela y unos vaqueros de mezclilla que se ajustaban perfectamente a sus piernas delgadas. Su cabello era de un oscuro tan intenso que alguno que otro decía que llevaba la noche misma en la cabeza. Y Jimin les hubiera dado la razón, pero creía que más que tener la noche encima, Yoongi era la noche en sí. Siempre era sereno y tenía sus toques perfectos de misterio y era tan profundo que cualquiera se perdía en él. Si lo piensa bien ahora, puede decir que él era la noche eterna en la que Jimin siempre deseaba dormir, aunque no lo supo hasta mucho tiempo después.


Por aquel entonces, a finales de 1992, Jimin tenía novio. Por mucho que él creyera que ese pelinegro de chaqueta de cuero y converse aero fuera atractivo, su corazón le "pertenecía" a alguien más. A Kim Taehyung. La primera relación que consideró "formal", aunque no fuese así. Nunca la hicieron pública por miedo a las habladurías, pese a que los rumores siempre corrían y ellos eran el centro.


"Hey, dicen que el hijo mayor de los Park se la chupa a Taehyung."

"¿Ya oíste? El rarito afeminado está detrás de Tae"

"Taehyung tiene nueva perra."


Jimin tenía mil nombres y Taehyung era siempre Taehyung. Él se había ganado el derecho del recuerdo porque era tan guapo como cualquiera se pudiera imaginar. A pesar de su porte de niño malo, era un chico extremedamente limpio, siempre olía a rosas y mantenía su cabello cuidadosamente peinado hacia atrás. Su ropa, en su mayoría negra o con estampados obscenos, por lo general estaba limpia y bien planchada.


Jimin creía que eso era lo que le había atraído de él, en lugar de toda esa imagen de chulo que se había creado. Era ordenado y, además, besaba como el infierno. Él era caliente y eso le encantaba. Solía creer que estaba con él por esa sensación de estar haciendo algo incorrecto, de sentir la adrenalina de ser descubierto o por esa perversa fascinación de pertenecer a algo tan secreto, tan... lascivo. Lo cierto era que ellos eran y no eran.


Pero Jimin lo quería, sí, no le quitaba el mérito de haber estado enamorado de él  por lo menos durante un tiempo. Él se enamoró porque, aunque fueran un par de cobardes, Taehyung siempre estuvo al pendiente de su relación. Era un buen novio.


Hasta que vio a Yoongi. Aquella tarde, ambos se encontraban en el estacionamiento del videoclub. Yoongi lucía guapo como sólo él, con su cabello desordenado por todas partes,  fumando en frente del volante de su Beetle negro con su porte de malote, pero con los ojos escondidos detrás de sus grandes lentes cuadrados de armazón negro. Jimin adoraba esa mezcla. Era adorable, simplemente hermoso. Buscando intimidar y a la vez siendo tan tierno con su ligera ceguera.


Supo que fue amor a primera vista cuando él, a la distancia, notando su intensa mirada, se volteó hacia Jimin y le sonrió como nunca lo había hecho con nadie. Como en cámara lenta, fue testigo de como sus labios se crispaban hacia arriba y dejaban a la luz su encía rosada, de como sus ojitos se cerraban alegres y de como un par de arrugitas se acumulaban en las orillas de sus ojos. Y Jimin no pudo evitarlo, aunque Taehyung estuviera agachado, escondido de los demás y buscando complacerlo en el auto, simplemente se enamoró de Yoongi.


De hecho, fue mutuo, lo sabía. Lo sentía.


Que el mundo nos vea [Yoonmin OS]. 🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora