Son las 3:00 de la mañana y no logro apartar de mi mente esos recuerdos de lujuria, siento como me llama, siento su voz y con él su aliento cálido, casi hirviendo, siento su látigo, su soga rodeando mi cuerpo y oigo sus ordenes; muchos santos y santas piensan que esto es pecado, no saben que yo soy una santa que puede sacar su lado pervertido solo por satisfacción. Él me da órdenes que debo cumplir, a veces no las cumplo sólo para conocer que castigo tiene preparado y de que manera me llevará al infierno de nuevo. Cada día anhelo que me llame, anhelo oír sus ordenes, pues siempre tiene juguetes nuevos, siempre me sorprende, cada castigo es único y solo espero que ese llamado llegue para decir "SÍ AMO"...
