Sol escribe cartas.
A ninguna dirección.
Solo las deja empolvarse con el tiempo junto al azulejo de su ventana, sin ningun deseo alguno de entregarlas a su dueño.
¿Por qué? No puede.
No tiene el valor suficiente como para ir a verlo.
Es una cobarde, tiene miedo.
¿pero lo tendrá siempre? y lo más importante, ¿Quién es el destinatario de esas letritas pequeñas de amor?