El misterio del misterioso...

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Fin de curso, comienzo de la melancolia...

Fin de curso...genial, todos comenzaban a pedir mi nombre en cada uno de sus albunes, llenos de fotografías grupales y escritos ridiculos e ipocritos de compañeros a otros que casi nunca se hablaron en los 3 años de secundaria.Por cierto, mi nombre es Abril Holes. En fin, yo solo pedía una sola fotografia, y esa era la de Jean S. Beker. Un alumno y compañero de mi clase el cual nunca mensionaba su nombre ni le petecia decirlo, ya que lo odiaba, por lo que la S era un suspenso exepto para los maestros y padres de Jean.

Interesandome solo en el, pues era el unico "hombre" en la secundaria que era maduro, y no niego que muy atractivo, ya que no solo me habia enamorado de su seriedad e inteligencia en cualquiero cosa, sino, esos ojos grandes y grises que te miraban tan fija y sentricamente a la cara. No podian faltar también esos labios carnosos que eran acompañados, pocas veces, de una blanca sonrisa, y que podia decir de su cuerpo...alto, delgado, elegante, y con una apariencia de atleta que no mirabas en todos los chicos en desarrollo. Por lo que Jean era especial, pata su edad, y ese misterio era lo que me gustaba en el, por que como ya lo habia mensionado antes, era serio y maduro, aunque casi sin hablar, tenia a media escuela a sus pies.

Siendo un viernes 22 de febrero, todos parecian hormigas, caminando por la secundaria, tratando de que nadie se escapara de nadie, pues los albunes tenian que estar llenos antes de la fiesta de fin de curso. Hablando de eso, Monica Salomón, la chica mas "comunicativa" de la secundaria, habia organizado un campamento cerca de la playa, en donde todo el grupo asistiria a pasarla bien y despedirse unos de otros. Lo cual no niego que seria duro en el momento, pues aunque no me llebara tan bien con nadie, nunca podria acostumbrarme a las faltas de locuras y ocurrencias de mis compañeros...ha, y a la cara de Jean cuando se le acercaba una chica mas, por su físico, no por su interior. Esa cara de desepción y mal gusto por aquella ilusionada que se maquillaba el doble y subia su falda mas allá del muslo para coquetear con el. 

En fin, habia sonado la campana de salida, y con lagrimas aqui y halla, mis compañeros se despidieron entre si, mientras que yo me sentaba en la banca de una esquina esperando el transpote público. Hasta que un perfume muy dulce y empalagoso, con sonido a unos grandes tacones y voz chillona se acerco a mi, era Monica, queriendose despedir de mi, y dandome la invitacion de aquel campamento, aunque con muy pocos animos se la quite de la mano mientras ella me miraba con deseos de que le dijera una escusa para no ir.

-Linda, aquí te tengo la invitacion de la tardeada. Dijo tronando una bomba de goma de mascar rosa en su boca.

-...Claro, gracias.

-¿Si iras verdad?

-No lo se.

-Bueno, yo cumplí con dartela, te espero allá...o no, adiós!

-Adiós...ja!. Carcajee levemente dandome cuenta de la indirecta de Monica. 

Escuchando el motor del autobus me levante de la banca y colge la mochila en mi hombro derecho, mirando por ultima vez a mi alrededor y pensando en que extrañaria de alguna forma u otra la escuela que me habia visto crecer 3 años de mi vida. Donde también habia desarrollado el sentimiento mas absurdo y curzi, que era el amor por Jean. Fue entonces que hice una seña al conductor y enseguida el autobus abrio sus puertas ami, dejandome entrar mientras subia y me sentaba al fondo.

30 minutos después baje del autobus y camine 2 cuadras hata mi casa, en donde mi madre me recibio con una ensalada y un gran baso helado de agua potable.

-Hola amor.

-Hola mamá...¿esto es la comida?

-Así es.

El Innombrable...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora