Uno

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Caminé hacia el centro del tumulto de gente sin comprender lo que sucedía. Johnson nos obligaba a acercarnos a ver por qué "Down on me" sonaba en parlantes en medio del parque, y por qué gente de más de cincuenta años parecía disfrutarla.

-Creo que hay unos chicos bailando, ¿quieren verlos? -Preguntó Jack mientras se apoyaba en los hombros de desconocidos y se ponía en punta de pies para ver qué pasaba al centro.

-En realidad, no -reí.

-Eres un aburrido, G -rió Sam. -Veámoslos y quizás aprendamos algunos pasos nuevos.

-Está bien, pero cinco minutos. Tengo que ir a buscar a Frank a la casa de Leigh -murmuré.

Sin más, Sam me empujó desde los hombros hasta la parte delantera del círculo de gente, justo cuando la canción dejó de sonar y los chicos se hundieron en el mar de gente desapareciendo.

Unas chicas aparecieron en el centro; tres para ser exactos.

Una rubia, una castaña y una pelirroja. Las tres vestían totalmente de negro, con sweatpants y los rostros totalmente cubiertos. Cabellos atados en coletas altas y movimientos experimentados.

Una de ellas llamaba la atención más que el resto, no sólo a mí.

La castraña tenía movientos más practicados, y cuando bailaba no centraba la mirada; sólo bailaba.

Lucía tan perdida en sus pensamientos cuando se movía al ritmo de Black Widow, eso era atractivo, al menos para mí.

Justo cuando el rap de Iggy Azalea comenzó, la chica dejó de bailar, comenzó a caminar en el círculo, admirando desinterezadamente a cada persona, hasta que finalmente se detuvo donde no debío, delante de Sam, a mi lado.

Él mordió su labio inferior seductoramente y rió bajo.

Grandes ganas de vomitar me invadieron. Yo quería que ella me mirara así, a mí, no a él.

La chica desvió su mirada y el tiempo se detuvo.

Su mirada colicionó con la mía, y se mantuvo así por lo que parecieron horas. Poco a poco se acercó a mí, y su mano subió lentamente a mi rostro.

Comenzó a delinear mi mandíbula con sus dedos fríos y delicados. Sentía que en cualquier momento me desmayaría.

Sus ojos chocolate calaban profundo y sentía la necesidad de besarla, pero no lo hice.

Justo cuando el vértigo aumentó, la chica se alejó. Caminó de espaldas al centro del círculo, sin romper el contacto, hasta que finalmente lo hizo. Miró hacia la derecha y sus ojos se agrandaron. Una mezcla de sorpresa y pánico se apoderó de la parte visible de su rostro y comenzó a desesperarse.

Antes de poder reaccionar, la chica comenzó a correr alejándose del círculo, hasta que finalmente la perdí de vista.

-¿Jack? -Johnson golpeó mi hombro suavemente- ¿nos vamos? Parece que pasó algo y las chicas salieron corriendo.

-Claro -susurré, aun sin salir del estado de shock en que quedé.

¿Qué mierda acaba de pasar?

Double facedWhere stories live. Discover now