Harry
Por fin llego el día tan ansiado, Septiembre el mes del año donde me convertiría en caballero, que podría volver al castillo de mi padre, no es el de mi tío no fuera suficientemente grande o cómodo, de hecho era bonito pero hace ya siete años que no veo a mi padre o madre. Me fui al castillo de mi tío a la edad de siete, cuando tendría que educarme para ser un caballero para después pelear contra mi hermano Liam, quien, yo sea, que venceré fácilmente. No me gusta la idea de matarlo, pero muchos menos la idea de que me maten, además es Liam, quiero decir, Liam es un cabrón, simplemente se enoja por cualquier cosa y trata de ridiculizarme cada vez que puede. Pero supongo que eso es lo mejor ya que no quiero que la “despedida” sea “dolorosa”.
Louis
Esta noche habrá una fiesta celebrando que ya me convertiría en un caballero, y claro, mis primos también, pero ellos no importan. Por fin podría volver a mis padres, me tuve que venir a vivir acá cuando a penas tenía siete años, era lo que hacían todos los hijos de la nobleza. Pero hoy volvería a mi castillo, mi hogar. Será algo raro, ya que como mi abuelo había dividido su territorio en dos, para papa y para mi tío, mi castillo vecino es el de mis primos. Y no sé porque, la fiesta que se hará celebrara también el progreso de mis primos, algo que odio, que desvíen la atención de mí. Todo el mundo estaba feliz, los siervos (sirvientes) habían preparado un montón de comida que sería servida junto a los alimentos que los campesinos deberían llevar como pago. Habría carnes de cerdos, morcillas de sangre del mismo, pescado, pollos, gansos y corderos, obviamente, acompañados con pasas, bayas, ajos, calabazas y ensaladas de todo tipo. Y vino, mucho vino y cerveza. Puedo apostar lo que sea a que todos se habían esmerado bastante. Los manteles, blancos bordados con diseños espectaculares en bordo, ocupaban todo el largo de la mesa, las copas, platos y tenedores en plata, hacen juego con todo.
Estaba arreglando mi sobretodo rojo brillante, cuanto más lujoso mejor, mi cabello largo hasta los hombros estaba peinado hacia atrás y acondicionado con agua, cosas que no me dejaban hacer pero los siervos no se atreverían a decir palabra y cuando mis tíos se den cuenta, estaremos en medio de la cena, tampoco abrirán la boca. Estaba pensando como serian mis primos, físicamente, supongo que algún parecido deberían tener a mí, pero sicológicamente, estaba totalmente desorientado, serian bueno? Me tratarían bien?. De repente escucho la alguien tocando la puerta, quien me saca de mis pensamientos.
-pasa- ordené. Era Meggy, mi siervo personal.
-bueno días señor- saludo educadamente. Ella siempre era educada conmigo, de hecho era la única persona con la que pudiera hablar, algo así como una… ¿amiga?
-hola Megg- yo actuaba más informalmente con ella, obviamente, en privado.
Se quedó mirando mi cabello por unos segundos, hasta que la fulmine con la mirada, dándole a entender que no dijera ni media palabra del asunto, al parecer lo entendió rápidamente.
-señor, han llegado sus primos y sus padres, pero a estos últimos tendrá que esperar hasta la cena para hablar con ellos.-
-y?- hice un gesto con el hombro restándole importancia.
-señor, sus primos tendrán que venir con usted hasta que sea la hora de su salida en la cena-
-pero… pero no puedes decirles que esperan en el salón o algo así? No quiero que estén mi cuarto –dije frunciendo el ceño. Realmente no quería ver a mis primos, tendría que pretender que me caían bien, cuando seguramente sería la peor mierda del mundo. Ya demasiado con que tendría que convivir con ellos en la fiesta.
-señor-dijo Meggy riendo entre dientes- le recuerdo que esta es su casa, no la tuya.
-tienes razón- dije soltando un risa- en ese caso… creo que no tengo otra opción, diles que pasen.
-como diga señor- dijo retirándose de mi habitación.
Me quede pensando porque odiaba tanto a mis primos si ni siquiera me acordaba de sus nombres. Cuando éramos muy pequeño jugábamos juntos todo los días, cerca de mi hogar, a escondidas de nuestros padres, hasta que un día mi padre nos vio y me ordeno alejarme de ellos para siempre, mientras que a ellos les dijo que se fueran a su castillo y que no volvieran más acá. Claro, cuando se dios cuenta que los castillos eran vecinos y ellos tendrían que ir para allá y yo para acá, trato de alejar su ira. Papa siempre fue muy conflictivo, mientras que mi tío siempre fue amable y generoso conmigo, hasta que mi padre llega, ahí se transforma, al bestia más infeliz del mundo que me odia a muerte.
Se escucha el golpe de la puerta. Di un suspiro, supongo que no deben ser tan malos, les daré una oportunidad.
Harry
-pase- se escuchó desde el otro lado de la puerta.
Estaba emocionado por ver a mi primo, realmente estaba muy feliz, no podía creer porque papá odiara a mi tío, estúpidas peleas, pero yo no, no me adjuntare a esas estupideces, le daré una oportunidad a mi tío.
Abrí la puerta y vi la imagen más hermosa que nunca haya visto. Un chico de ojos zafiro y pelo negro-rojizo miraba expectante hacia nosotros. Era realmente guapo, tan sexy, si no hubiera nadie acá podría entrar…
-hola- dijo en un cortante tono de voz sacándome de mis pervertidos pensamientos. El chico se quedó mirándome fijamente mientras me analizaba con una sonrisa sexy en sus labios… Dios por favor que él no se mi primo. No lo soportaría.
-hola- dije con una atractiva sonrisa. –Me llamo Harry-
-.Louis- dijo estrechándome la mano. Liam dio una falsa tos para prestarle atención a él.
-soy Liam- dijo examinándolo con la mirada fría. Siempre había sido así con todos.
-soy Louis- estrechando las manos.
-entonces… supongo que, Louis, sos nuestro primo… cierto? – pregunte para “romper el hielo”
-eso supongo… Harry- Louis pronunciando mi nombre era lo más perfecto que pudiera existir, su voz era perfecta.
-siéntense- dije haciendo un ademan hacia mi cama-dime Louis cuántos años tienes? –
-21… no es obvio? Por eso soy ahora un caballero-estúpido, estúpido, estúpido. Como pude haberle preguntado eso si era obvio.
-tienes razón- dije soltando una risita nerviosa. Él me podía nervioso.
-cuéntenme sobre ustedes- hable tratando de no parecer nervioso.
-yo soy mayor que Louis-dijo Liam con actitud dominante. –Por unos meses- repuso el mencionado. –Como sea, lo soy igual…- dijo Liam reboleando los ojos. –nací en agosto, el en diciembre, obviamente del mismo año. –Yo en febrero.-sonreí avergonzado de mi edad. –entonces tienes… 20?- . –si pero, mis padres decidieron dejarlo pasar, cumpliré 21 en unos meses. –Injusto- replico Louis con una sonrisa divertida. –No, a eso le llamo ser genial- le repuse con una sonrisa triunfante. Nos quedamos mirando por unos segundo, sonrisas traviesas en nuestros labios. Que ojazos tenía…
PRIMER CAPITULO DE LA NOVELA DDASDASD SE SIENTE BIEN... AH, ESPERO QUE LES GUSTE, BESOS.