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Después de una sección de mimos en la cama, Jeongguk había decidido levantarse para limpiar el desorden, como minutos antes había dicho. Recordó en el proceso sus planes para aquella tarde libre que ambos tenían y sonrió.

-¿Tienes sueño, amor? -le preguntó al rubio que seguía acurrucado entre las sábanas-.

-En realidad, no -el mayor se estiró antes de sentarse y observar el formado trasero de su novio inclinarse al recoger algo- ¿Qué es eso?

-Lo compré antes de venir, tenía pensado una tarde de mimos y películas antes de encontrarte siendome infiel con esa almohada del diablo.

Jimin rió.

-Oh, vamos, ¿ahora también te pondrás celoso de los dildos? -preguntó con gracia, sabiendo lo mucho que Jeongguk amaba autopenetrarse con sus juguetes- Si quieres, podemos tirarlos también.

Jeongguk dejó las bolsas en el suelo, de nuevo, antes de correr a buscar su vibrador y la caja de juguetes sexuales.

-Ni te atrevas a bromear de nuevo, Park -Jimin solo pudo reír de su desnudo novio abrazando la caja como si su vida dependiera de eso-.

-Está bien, está bien, pequeño. Ahora termina de recoger todo y vayamos a tomar una ducha juntos, ¿sí?

Y por supuesto que Jeon no se negó. Corrió al baño para lavar los juguetes sexuales que habían usado y luego guardarlos en su lugar. Mientras, Jimin se las arregló para quitar las sábanas y llevarlas al cesto de ropa sucia.

-Joder, me duelen las caderas, Jeon -se quejó al entrar al baño y encontrar a su novio ajustando la temperatura del agua-.

-Perdón, bebé -dijo regalandole una sonrisa de culpabilidad-.

-Olvídalo y mejor dame un beso.

Una vez en la ducha, Jeongguk se encargó de mimar el cuerpo de su novio. Lavando con delicadeza su cabello y masajeando sus hombros. Jimin no se quedó quieto y le ayudó a lavarse entre besos.

Al salir, Jeongguk se encargó de secar el rubio cabello de su amado antes de dejarlo ir a vestirse mientras él secaba el suyo.

-Guk, voy a llevar las sábanas a lavar, tú tiende la cama.

Jeon no respondió, pero acató la orden de su pareja. Viendo que Jimin había sacado la chuchería y dejándola sobre la mesita de noche.

Mientras tendía la cama con aquellas sábanas color pastel se dio cuenta de un detalle.

La condenada almohada no estaba por ninguna parte.

Respiró profundo y terminó su tarea. Decidió ir a la cocina por agua y algunas botellas de refresco.

Escuchó como Jimin tarareaba desde el cuarto de lavado y controló sus impulsos para no ir a recriminarle sobre la asquerosa almohada. Mejor, se concentró en sacar una de las cajas de pizza que habían ordenado la noche anterior.

-¿Jimin? -alzó la voz para llamar su atención-

-¿Qué pasa, bebé? -le gritó de vuelta, Jeongguk por poco bufa-

-¿Quieres pizza u otra cosa?

Jimin no respondió a gritos, pero escuchó las pisadas de Jimin resonar por el piso de madera. El rubio entró a la cocina, pero Jeongguk no se giró a verlo, solo siguió cortando la pizza y colocándola en un plato para meterla al microondas.

-Pizza recalentada suena bien para mí -murmuró cuando se colocó tras su novio y pasó sus brazos por la pequeña y hermosa cintura-.

Jeon respondió con un sonido de su garganta, haciéndole entender que le había escuchado. Terminó con parsimonia de cortar más trozos de pizza y colocarlos en otro plato, dejándolo a un lado.

-¿Cuál película veremos? -le preguntó Park cuando el menor se giró a encararlo-

-Estaba pensando en "Como entrenar a tu dragón" -le respondió mientras pasaba sus brazos por los hombros del mayor y se apoyaba del mesón a sus espaldas-.

-Oh, me encanta, sí -Jimin sonrió y sus ojitos desaparecieron junto a los pensamientos destructivos que tenía Jeon para con la almohada asquerosa-.

-¿Te he dicho lo mucho que me encanta tu sonrisa? -le preguntó en un susurro mientras se acercaba al rostro de su mayor para darle un beso esquimal-

-Te amo, Gukkie -le respondió al sentir los besos del contrario sobre sus sonrojadas mejillas-.

Se quedaron abrazados y sonriendose por lo que parecieron segundos, pero en realidad fueron minutos puesto que el ruidoso "pip" del microondas anunció que los diez minutos ya habían pasado.

Jeongguk se separó para sacar el hirviente plato y meter el otro por diez minutos más. Jimin aprovechó de ir a la nevera por más queso blanco que roció sobre los trozos de pizza caliente, no tardando mucho en comenzar a derretirse.

-Llevaré estas al cuarto junto a los refrescos -anunció Jeon mientras tomaba tres botellas de agua y dos de Coca-Cola para maniobrar con ellas entre su brazo y pecho-. Espera que esa esté lista y ven al cuarto, pondré la película.

Tomó el plato con pizza y casi corrió al cuarto. Estaba ansioso por comer entre los brazos de su novio mientras se daban besos y caricias. Sonrió de solo imaginarlo.

En su camino a la habitación se vio tentado a detenerse y entrar al cuarto de lavado, donde suponía que estaba la dichosa almohada. Podría destruirla por fin. Pero no lo hizo, negó con la cabeza y siguió su recorrido. Ya pasaban las dieciséis horas y él quería estar acurrucado con su amor el resto de la tarde, noche y madrugada.

Todo el fin de semana, si era posible.

Jimin entró al cuarto a los minutos, encontrándose con un Jeongguk envuelto entre las sábanas y a punto de darle play a la película en Netflix.

-Hazme un espacio, bebé.

Encantado, Jeongguk dejó que Jimin se colocara atrás suyo, con sus piernas rodeando su cadera y su espalda reposando en el pecho del mayor.

-Di "ah" -le dijo a Jimin, alargando la vocal y ofreciéndole de su pizza, Jimin mordió con gusto-.

Jimin estiró la mano al control y dejó que la película comenzara. Disfrutando del calor de su novio y de la deliciosa pizza. A mitad de la película sintió como Jeongguk cabeceaba, se estaba quedando dormido.

Sonrió con ternura mientras se movía lentamente para quedar acostado con Jeongguk sobre él, que se removió hasta enroscarse a su lado.

-¿Qué haces? -murmuró tras un bostezo el menor-

-Me está tentando la idea de solo abrazarte y dormir el resto del día.

Jeongguk le sonrió y cerró los ojos, colando sus piernas entre las de Jimin y abrazando su cintura. El mayor buscó a sus lados por el control para pausar la película y luego apagar el televisor, lograndolo y acomodándose en el manojo de piernas y abrazos.

-¿Jeonggukie?

-¿Mmhg?

-Me deshice de la almohada mientras te vestías, esta vez de verdad.

Y Jimin amó la sonrisa que Jeongguk le dedicó luego de besarle. Si bien sus celos eran estúpidamente infantiles, Jimin no tenía ningún problema con cumplirle el capricho a su amado novio de ser el único causante de sus orgasmos por roces.

-Gracias, hyung. Te amo.

-Yo te amo más, Gukkie.

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Ysí, mis amores, hasta aquí el meloso extra. Espero que les haya gustado y me gane sus estrellas.

Nos leemos pronto en más historias 💖

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