Tɪᴍᴇʙᴏᴍʙ /ᴄᴀɪᴜs ᴠᴏʟᴛᴜʀɪ/ ✓

Capítulo [1.2]

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Aly soltó una risita infantil y Caius no pudo evitar maravillarse ante el maravilloso sonido que llenaba sus oidos.

Actualmente, Aly estaba tratando de enseñarle a usar un teléfono celular después de que él estaba completamente confundido, luego ella sacó el suyo.

"Debo decir que su tecnología es completamente inútil". Caius dijo mientras fruncía el ceño a la pequeña máquina en su mano. Aly volvió a reírse mientras tomaba su teléfono.

"Es mejor que los palos, estoy seguro de que tenías al señor, soy un rey todopoderoso". Aly sonrió burlonamente cuando vio que Caius le enviaba una mirada fulminante. Él le había explicado sobre su aquelarre y la aristocracia que residía en él.

"Y no tiene sentido, ¿de qué otra manera se supone que debes hablar con las personas con las que no estás cerca? No todos tenemos una super velocidad". Aly señaló con una sonrisa satisfecha en su rostro.

"Supongo, algunos de los guardias inferiores para llevarlos". Caius reflexionó, sobre todo para ver la felicidad que pasaba por los ojos de los humana.

"Siempre tengo razón, así que deberías acostumbrarte a ello. ¿De qué otra manera se supone que las personas se vean unas a otras si no fuera por estas?" Aly dijo mientras sostenía el teléfono cerca de su pecho.

"Me gustaría verte otra vez." Caius murmuró lo suficientemente fuerte como para que la humana lo escuchara sin pensar, causando que la niña le sonriera, aunque una mirada confusa cruzó su rostro.

"¿Por qué querrías ver a la extraña chica moribunda otra vez?" Preguntó Aly mientras levantaba una ceja y Caius suspiró, todavía no estaba listo para explicarle todo.

"Tu eres diferente". Caius declaró, y eso era verdad. Ella era diferente de cualquier ser que el vampiro hubiera conocido en sus tres milenios. La morena río ante la elección de palabras del vampiro más viejo.

"Sí, lo consideró mucho". Ella murmuró con una sonrisa antes de mirar su teléfono y suspirar.

"Me tengo que ir, te veré pronto Caius". Aly dijo mientras se levantaba y comenzaba su viaje de regreso a casa, permitiendo que sus pies la guiaran.

"Espera, realmente quiero verte de nuevo". Caius dijo mientras aceleraba delante de la chica. Pareció reflexionar sobre la idea por un momento antes de tomar su bolso y sacar el diario que llevaba a todas partes. Ella anotó el número de diez dígitos en un cuidadoso guión limpio.

"Ahora supongo que tendrás que aprender lo último en tecnología de teléfonos móviles, señor Volturi, si alguna vez desea saber de mí". Dijo Aly con una sonrisa satisfecha en su rostro mientras sostenía el pedazo de papel. Para su sorpresa, cuando la tomó, no la dejó ir, sino que hizo lo contrario, acerco su mano y acercando su muñeca a su nariz, inhalando profundamente el aroma, Aly observó cómo sus ojos color carmesí se volvían obsucuros, pero no era el miedo lo que hacía que su pulso aumentara. Dicho vampiro escuchó el cambio y sonrió mientras giraba su mano y le daba un beso en el dorso de su mano.

Luego colocó suavemente la mano fría que no sostenía la suya, sobre su mejilla acariciándola por un momento antes de que sus ojos gravitaran hacia sus labios.

"Oh, no, cariño, puedes ser lindo, pero tendrás que trabajar por ese beso". Aly ronroneó con una sonrisa burlona adornando sus labios mientras Caius suspiraba, observándola como comenzar a alejarse.

"Tu piensas que soy lindo." Caius dijo con una sonrisa, exceptuando que ella se avergonzara, pero en vez de eso simplemente giró su cabeza para mirarlo, con una sonrisa aún en su rostro mientras le enviaba un guiño y continuaba su viaje.

Dejando al vampiro completamente confundido pero sobre todas las cosas Aly Black era muy diferente y eso le gustaba.