Diversión.

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— ¿Está seguro de esto, hyung?

— Por completo, Jery, será divertido, anda.

Jeremy tomó la mano de su hyung con fuerza, y después de tomar una fuerte respiración, el chico entró por aquél agujero en la reja que mantenía la entrada al circo a esas horas de la noche clausurada. Eran pasadas las 12 a.m, estaba oscuro, y por diversos letreros que Jeremy vio en su camino al circo que decían "precaución" o "zona no segura", podía adivinar que ellos no debían estar ahí.

Pero ahí estaban, Jeremy se había dejado convencer por su hyung, su novio de dos meses, el cuál era un poco extraño y misterioso. Se conocieron en la preparatoria, siendo Jeremy nuevo en la institución; se hizo amigo de un chico que era amigo de su hyung, y cuando los presentaron, su hyung comenzó a demostrar interés de inmediato. Pronto se volvieron pareja, a Jeremy le gustaba bastante su hyung, y por cómo él lo trataba, suponía que él también lo quería.

— Mira, mira, ahí están los animales.

Su hyung susurró en su oído, colocándose detrás de él y sosteniendo sus caderas con ambas manos, la cercanía ruborizado a Jeremy.

— Creí que se habían prohibido los trucos con animales en los circos.

Susurró en respuesta, acercándose a la carpa donde un olor terrible a animal sucio desprendía.

Ambos chicos entraron, Jeremy un poco nervioso de ser descubierto y su hyung emocionado por lo mismo.
Su hyung sacó una pequeña lámpara, iluminando el oscuro interior de dicha carpa; observó como niño emocionado a los animales que se encontraban encerrados en distintas jaulas, tomando la mano de Jeremy y señalando cada uno de éstos asombrado, con el menor reaccionando de la misma forma.

Monos, elefantes y tigres, es lo que había en la carpa. Jeremy sonrió cuando vió a uno de los tigres; dicho felino se encontraba despierto en ese momento.
El animal gruñó bajo cuando se acercaron de más, por lo que Jeremy detuvo a su hyung, que seguía acercándose más y más a la jaula del animal.

Al final Jeremy no pudo pararlo, su hyung le sonrió de forma juguetona y se acercó a la jaula del tigre, el cual se había acercado de igual forma, pero el animal siendo más sigiloso, lento y con los pasos bien pensados.

— Yo estoy aquí afuera y tú ahí adentro.— Le decía su hyung al animal.— Yo soy libre y tú eres preso. Yo puedo desatar mi mal en el mundo y tú ser el juguete de los tontos.

Jeremy sintió un escalofrío al ver a su hyung hablar con el tigre, viendo cómo estaba parado demasiado cerca de la jaula sin ningún tipo de miedo o vacilación, retando y burlándose del tigre. El animal había detenido su andar, como si las palabras del chico hubieran entrado en él, y Jeremy incluso notó cómo la postura del animal cambiaba de acechadora a estar alerta. No supo qué hacer en ese momento, y tal vez esa fue una clara señal de que debió salir de ese lugar y romper cualquier lazo que tuviese con su hyung, pero su mente no lo pensó en ese momento. Sólo tomó su mano y lo jaló un poco. Su hyung se alejó.

Ahora había un extraño brillo en sus ojos, pero Jeremy no creyó que fuera extraño.

Jeremy no pensó, y él debió haberlo hecho.

— Esta es la mejor atracción del circo.

Jeremy vió el escalofriante lugar al que su hyung lo había llevado, una carpa algo alejada del resto, un tanto vieja y poco siniestra con un gran letrero que decía "Fun House" con máscaras de rostros siniestros riéndose alrededor de dicho letrero.
Jeremy sintió miedo; cuando su hyung volvió a tomar su mano y lo arrastró dentro del lugar él debió detenerlo, debió hacerlo... pero no lo hizo. Jeremy quería mucho a su hyung, así que lo complacería con todo lo que pudiese.

Fun House.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora