Capitulo |III|

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Kagome asintió.

Olía el peligro en aquel hombre lobo de mirada afilada. Pero no se acobardo.

Dos más llegaron tras él con aliento escaso, pero no la miraron.

- Señor Köga. - Habían dicho.

Kagome guardo aquel nombre en su mente. El no dejaba de mirarla. Shipo, escondido entre sus colas temblaba.
Demonios, estaba furiosa, he indefensa.

Genial.

- Hueles bien. - Gruño Köga. Y sin preambulo la tomo sobre su hombro. Shipo seguia escondido, apretandose fuertemente a ella.

No planeaba pelear ahora, no sin su fuego. Su poder espiritual estaba aun debil y no pensaba poner en peligro al cachorro a su cuidado.

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Köga la lanzó enseguida. En cuanto llegaron al lugar, lo reconoció como territorio de lobos. Todo apestaba a ellos.
Las pieles bajo sus caderas eran opacas, y los huesos amontonados en cada parte de aquella cueva le causaron nauseas. Estaba aterrada pero era lo suficiente valiente como para mantener el rostro en alto.

El lobo alfa la observo de pie, con una mirada muy analitica. Como si estuviese pensando y analizando los pros y contras sobre ella; como mercancia.

Mierda, estaba cabreada.

Se levanto deprisa y su largo cabello cubrio sus pechos con violencia. - ¡Deja de mirarme asi!. - Soltó.

Köga levanto una ceja. - ¿Así como? Mujer.

Kagome cruzó los brazos por debajo de sus pechos. Para el alfa aquello no paso desapercibido.

- De esa manera. Como comida, no lo soy. - gruñó Kagome, con un acento suave y curioso.

Köga nego y solto una risa. - Eso no lo decides tu.

~x~

El viento le llevo la fragancia de aquella mujer, mezclado con el de lobo. Habia miedo.

Suponiendo que hubiese sido cazada por los lobos de aquella zona, su problema estaba resuelto.

Pero se sentia inconforme. Y por alguna razón, incorde a la situación actual de aquella mujer.

Olfateo rapidamente el rastro que quedaba en el viento mientras se acercaba hacia el territorio de los lobos.

Los escucho aullar en advertencia a su llegada. Pero no le importo siquiera.
Su objetivo estaba dentro de la cueva mas alta de la zona.

El alfa debia de estar ahi tambien.

La vio detras de el. Köga, si no mal recordaba aquel nombre.

- Tú. - Escucho decir a la mujer con enojo vibrante en la voz.

El hombre lobo volteo hacia el.

- Lord Sesshomaru. - Dijo. Pero no le presto importancia.

- La mujer zorro. Es mia.

Kagome abrio los ojos de manera abrupta. -¿Tuya? Disculpe. Pero no soy suya en absoluto. ¿Es que todos los machos de esta epoca son idiotas?.

Sesshomaru desvio su vista hacia Köga. Intimidante.

- Bien. Pero en caso de que la deseches, puedes avisarme.

Aquello habia sido una frase corta, pero Kagome seguia sin entender el contexto de aquello.

Sesshomaru la levanto de nuevo, como si fuese un costal y salio hacia sus tierras.

Kagome estaba perpleja. Pero no sintio peligro. Probablemente la dejaria tirada en algun lugar del bosque, y si apelaba a su suerte, podria irse junto al cachorro que aun temblaba entre su pelaje.

Sesshomaru la observo de reojo. Detestaba a la mujer. Era demasiado parecida a la Lin.

¿Acaso eso era lo que hacian las mujeres zorro? ¿Por ello habian sido exterminadas?.

En su mente se instaló la duda.

Solto un suspiro leve. Molesto.

Solo habian pasado unos cuantos siglos desde que Lin habia fallecido. Pero la extrañaba.

 Pero la extrañaba

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