𝟢𝟢 | 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓

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幼稚な | 𝐒𝐞𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧 𝟓

Arrastró con desgano sus pies por la madera, soltando respuestas simples y al borde de lo aleatorio, como flemático quien arroja migajas a los pájaros esperando que lo devoren sin cuestionar.

     —Yuta no es mi novio.

En una fracción del momento su dedo tiene un leve temblor y en el mismo una agitación que le lleva a cortarse con la aguja, dejando dos pliegues de piel sobresaliendo. La realización es breve, y solo continúa deslizando la aguja bajo la cutícula de su dedo nuevamente.

Hablar con su padre no es tan simple, las metáforas difieren con la mirada vituperante y el borde en sus ojos afilados, como el ágil y rápido movimiento del corte de un papel, acabando con cada palabra que salga de su boca con media docena de sílabas.

     —¿Ah no?..., no entonces —dice, riendo al final, muy tranquilo, mientras juega con la bolita de aluminio, conociendo a la perfección el deje en el rostro de su hijo que provoca el hilo tortuoso al que se encaminaron.

Jaehyun calla, pensando que era, de hecho, un niño tonto que no tenía idea de lo que era estar enamorado.

Y de la noche a la mañana, pareció que el abismo que se extendió entre su vida simple y el paseo angustioso tras las huellas prehechas se le vino encima. Como si el toque que lo dejó en una gozosa turbación hubiera acontecido hace una eternidad, cual recuerdo de la niñez que se hace absurdo al ser refrescado.

Tragó con pesadez, tratando de unir las palabras que en un segundo llegaron a su cerebro, aunque expiraron en la punta de su lengua cuando el contrario se incorporó, llevándose con el cigarrillo que fumaba todo el rastro de conversación que Yoonoh pensó seguir.

Su paso fue liviano, mientras pensaron cosas completamente distintas: pensando en el fondo que tenía que mantenerse así, pensando en algo. Y la cadena de reflexiones se rompió como se rompe un tímpano, como sorprende el dolor punzante en su brazo y la fracción de ardor que se extiende radialmente por su piel.

Así como el cigarrillo había terminado entre sus cereales, ahora quemaba su brazo como el flagelo que nunca escapó de sus labios, y que ahora calcina como lo haría la aguja adentrándose en su carne.

     —Hoy me voy a quedar aquí.

Agitó sus manos y provocó en Jaehyun un resoplido, viendo casi la forma en que sus planes se iban a la basura con seis palabras. Aunque sonríe, cerrando los ojos en dos crecientes, sabiendo que en sus mejillas nace la forma de sus hoyuelos, mientras baja su capucha y muestra su cabello con la mirada recriminatoria con que el mayor lo observa antes de darle una paliza.

Tiró con el impulso de su pulgar y su dedo anular el cigarro lejos de su cuerpo, pensando que ya luego recordará decirle a su mejor amigo que no fume.

Noo. Ve a trabajar —protestó, volviendo por sus fueros en una excusa pueril, mas el "no" llega en forma de un largo silencio y la incomodidad que le sigue al rechazo de su idea.

一撃 | 𝐒𝐞𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧 𝟔

     —¿Querrías dejar de mover tu pierna como un maldito desquiciado? —gruñó su voz, áspera por las décadas de cigarros.

La pseudo amabilidad lo hace querer rodar los ojos hasta ver su propia nuca, pero decide detener el ritmo frenético que su pierna llevaba debido al nerviosismo, algo que nunca notó en primer lugar.

     —Gracias —se burla seco, acertándole al basurero con la pequeña esfera de aluminio. Observando alrededor—. Lindo trofeo.

Jaehyun dirige su mirada hacia el premio, lo ganó jugando bolos. Asintió, sin hallarse demasiado en ello.

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