Oneshot

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Holaaaaa :D. Cuanto tiempo que no subía una historia ¿verdad?Pensé subir esto en pascua pero no lo logre ;u; mejor tarde que nunca, supongo xd.

Espero les guste, y sí, esta historia también está basado en un manga pero no tiene nada que ver con las otras o con pascua xD.

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Muro rojos con columnas de madera con gran porte, techo con teja de madera en pendiente de color verde pastel, hornamentaria de un color fuerte como el oro, el cual se encarga de darle un toque de divinidad a la estructura. La entrada en forma de escaleras, pasando un arco de madera hasta llegar al templo, donde se encuentran dos estatuas que dan ilusión al nacimiento y al último suspiro del ser humano, respectivamente. Finalmente, el cofre de las ofrendas hacia las tres dioses: Daikokuten, que vela por una cosecha abundante y el matrimonio; Ebisu, el dios de la pesca y los negocios; y Taira no Masakado, que fue un rebelde contra el gobierno Hei'an.

Inari, un dios que no tenía nada que ver con ellos, tenía una deuda que saldar y por eso fue obligado a permanecer cerca del templo para proteger a la familia Toujou, cuidadora de ese lugar, mientras los otros dioses descansaban. Inari tenía apareciencia humana pero con orejas y cola de zorro, poseía variados y diferentes nombres, entre ellos, Eli.

Este dios se encontraba como todos los días explorando el lugar, hasta que es interrumpida por un desconocido sonido. Los acongojos de un bebe al llorar inundaban la orejas perrunas de la susodicha. Por curiosisdad, Eli se acercó a la cría humana, encontrando un regordete y mojada bola de carne mecerse entre los brazos de su progenitora.

La zorra miró intrigada hacia el pequeño ser, encontrando sus miradas en el proceso. Este sonrió al verla, sorprendiendo al dios por ser agarrado del dedo indice. Pero eso no fue lo único que la sorprendí, el simple hecho de ser tocada por un ordinario humano era algo que nunca había experimentado y el acercarse tan casualmente hacia una tampoco era normal, ya que, ningún humano debería verla o eso pensaba hasta ahora.

Elevando la comisura de sus labios, Eli se despidió del pequeño humano, expresando un dejo de tristeza adornando su rostro y sus extremidades de zorro, porque sabía que nunca la volvería a ver.

(...)

El tiempo pasó y el bebé creció, esta vez era una niña enérgica y traviesa. Características que ponían de buen humor al díos cada vez que le veía hacer una travesura a su madre o la miraba jugando con sus amigas. Ahora poseía un aspecto más juvial de rasgoz estoicos, su cabello azabache de tono violeta, sus ojos verde cual esmeralda y su piel blanca un poco tostada por todas las veces que salía a jugar. La diosa aprendió varias cosas de esta persona mientras la observaba, su nombre completo era Toujou Nozomi, además de su humorística personalidad, tenía una personalidad amable y justa y era una persona seria cuando se trataba de cumplir sus deberes.

La zorra tenía una extraño sentimiento afectivo hacia la humana y eso era malo. No era algo negativo en sí pero al ser el único humano que la veía, Eli tenía un gran miedo de sentir cariño por la pequeña. Miedo de desarrolla un lazo prohibido con un humano como amistad, cariño fraternal o amor...

Por eso siempre procuró mantener su lejanía y simplemente mirar como crecía, aún si se encontraba a sí misma siendo casi vista por Nozomi, no quería correr el riesgo de comprobar si todavía podía verla o no.

Ese proceso se vio roto cuando un día vio a la pequeña humana llorar en la sala que su madre llamaba "habitación del castigo". Esto se produjo por culpa de un accidente, era el día de limpieza profunda, Nozomi se encontraba limpiando el almacen del templo y en un descuido, cuando la diosa pasaba de un lugar o otro para ver mejor a la niña, un jarrón pequeño muy importante se le rebaló de las manos, cayendo inevitablemente al suelo; su madre, al escuchar el estruendo corrió hasta el almacen, castigando a su hija y mandando a la pequeña a una habitación vacía y diminuta. Actualmente, Eli se encontraba en un enorme dilema. No debía acercarse a los humanos, eso estaba totalmente prohibido para un dios, pero no podía dejarla así. ¿Por qué era eso? No lo entendía porque no quería verla llorar, sentía un enorme dolor con solo escucharla. No podía dejarla, no quería dejarla.

Por Siempre En El Templo NozomixEli.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora