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Erick como cada mañana al ver su reflejo en el espejo, llora arañando sus brazos.

Se siente mal consigo mismo desde hace dieciséis años.

Tan poca cosa.

Sin gracia alguna.

Feo.

Una suave melodía lo saca de sus pensamientos, baja las mangas de su suéter para así ocultar lo que hace consigo mismo.

Seca sus lágrimas, una vez que ya no queda nada pegajosa su cara, coge el móvil y apuntando hacia el espejo, sonríe.

No eres tú.

No eres así.

Eres la persona que sonríe pero en sus ojos se muestra toda la tristeza contenida.

Simplemente no eres tú.

Publica la foto en su cuenta de Instagram.

Joel.Pimentel: Muy hermoso❤.

Joel.Pimentel: Te amo, bebé.

Una seca risa brota de lo más hondo de su ser.

Él no es hermoso, su novio ha de tener lastima hacia su persona.

¿Y si es una apuesta su relación?

Guarda el teléfono en la mochila, la cuelga en sus hombros y sale ignorando a su madre que está en el sofá, con una botella de licor en su mano.

Patea una lata vacía que se atraviesa en su camino.

¿Por qué he nacido?

Es lo que se pregunta desde hace mucho tiempo.

No valgo nada.

Escucha murmullos a su espalda, y sabe que hablan de él.

Del monstruo por tener los ojos de distinto color.

Una pequeña mancha marrón en uno de ellos.

Su cuerpo todo escuálido.

No quiere imaginar si vieran los cortes que tiene en el abdomen, porque él siente que de esa forma la grasa que tiene se va a ir.

Es algo estúpido, pero en su mente no.

Quiere irse.

Desaparecer por completo.

Nadie lo va a extrañar.

—¡Hey, Colón! —llama desde lejos uno de sus compañeros.

Cuando llega lo toma con delicadeza por la muñeca izquierda, sin embargo siente dolor, pero trata de no hacer alguna mueca.

Las cicatrices no sólo están en su piel. También tiene en el corazón y en el alma.

—¿Qué quieres? —responde cortante, intentando que lo suelte, pero solamente provoca que jadee de dolor.

Pequeñas lágrimas se acumulan en sus ojos, pero no las hace relucir.

No frente a ellos.

—Solamente te estaba buscando porque así lo pidió Joel, Er —habla con calma Christopher, sonriendo en grande.

Le molesta que sea tan así... tan positivo.

Él es perfecto, al contrario de Erick.

Él no es una abominación.

Saltándose del agarre, jadeando por lo bajo, camina al costado de Vélez, con la mirada gacha sin importar con cuántos se va chocando.

Sin importar los insultos que recibe en el camino.

En guerra || Joerick (OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora