11

418 44 4
                                    

Wolf!au, slight drama, m-preg.


BaekHyun miró por sobre su hombro a sus tres hermosas bolitas peludas mientras era llevado esposado hacia la manada más cercana y les sonrió para hacerlos sentir más seguros y que no temieran tanto por él.

BaekHyun sabía que estaba prohibido cazar en territorios con dueño, pero se vio obligado a hacerlo al ver que sus cachorros pasaban hambre y no habían corrido con suerte de obtener nada para alimentarse los cuatro en dos días. Sus bebés eran pequeños aún, y aunque podía amamantarlos, era de vital importancia que él estuviera bien alimentado para mantenerlos fuertes a todos, y ya que en el lado de las montañas boscosas donde se encontraban no había alimento suficiente para cazar debido a la migración de los animales, tuvo que correr riesgos y adentrarse en los territorios de la manada Park.

Sí, hizo mal, pero un omega vela en todo momento por el bienestar y la seguridad de sus hijos, y BaekHyun no era la excepción. Amaba a sus cachorros, eran lo único que lo mantenían cuerdo después del dolor que tuvo que pasar al ser rechazado por su manada al enterarse que estaba esperando una camada sin estar unido, siendo sus hijos producto de una violación que BaekHyun prefería no recordar, y lo menos que podía hacer por ellos era cuidarlos y sacrificarse con tal de verlos bien.

No sabía qué tipo de castigos les daban a los forasteros en esa manada por cazar ilegalmente, pero esperaba que no fuera tan duro porque sus razones eran justificadas y entendibles. En la situación habían cachorros indefensos involucrados, y aunque le partía el alma dejarlos mientras él era juzgado, confiaba que nada les pasaría con ese omega de sonrisa amable y rostro agradable de la manada Park que se había ofrecido a cuidarlos mientras las deudas se saldaban. Esperaba que ellos fuesen motivo suficiente para que lo dejaran ir sin muchas ceremonias y dar inicio a un nuevo viaje lejos de ahí lo más pronto posible.

Lo condujeron a donde residía una población de cambiaformas de considerable tamaño y número y lo llevaron directamente a la plaza central, donde ya habían varios grupos de personas reunidos para ver qué ocurría. BaekHyun miró a mujeres y sus hijos con pupilas curiosas y un par de tipos enormes que no tenían pinta de ser muy amigables, pero a pesar de ello no dijo nada ni opuso resistencia. Quería que vieran que él era alguien colaborador para ver si salía de esa más rápido y así reunirse con sus cachorros.

Sin embargo, su lobo se puso alerta cuando notó unas argollas en la base de un monumento histórico y cultural para la manada, consistente en un lobo enorme y tranquilo sobre una roca junto a un hombre que miraba al frente con dignidad, orgullo y determinación. Su corazón se saltó un latido cuando lo obligaron a arrodillarse frente al monumento y estiraron sus brazos, enganchando las esposas de una cadena corta que se sostuvieron en las argollas algo oxidadas por el paso del tiempo sobre ellas. Miró sobre su hombro al chico que lo estaba atando ahí y le preguntó, tratando de no mostrar todo el miedo que sentía en ese momento, aunque su olor lo estuviera delatando irremediablemente.

—¿Qué... qué está haciendo, qué van a hacer conmigo?

El chico (bajo, de complexión delgada y pálido, además de mirada seria y calculadora y brillante cabello negro) lo miró por unos pocos segundos y después desvió su vista rápidamente con la mandíbula ligeramente apretada.

—Se te dará tu castigo por invadir nuestro territorio sin permiso y cazar a nuestros animales.

—¿Van a... van a mat-tarme? —preguntó ahora con los ojos empañados y sin dejar de pensar en sus bebés y lo que sería de ellos si ese fuera el caso y el pelinegro negó suavemente, aunque no se veía feliz por tener que decirle lo que iba a soltar a continuación, sin embargo, fue interrumpido por una voz masculina y un sonido estridente chocando contra el viento que le puso los pelos de punta a BaekHyun—

FirelightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora