Cap 29

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P.O.V Freddy

Estaba cansado.

Tomé aire agarrando mis rodillas contra mi pecho, me encontraba encima de mi colchón, apoyando la espalda contra la pared mientras miraba al techo como si fuera algo súper entretenido.

Las palabras, insultos, murmuros, etc. de mis compañeros me perseguían sin descanso. Estaba muy harto, nada cambiaba, ni siquiera Fred.

Ni siquiera mi peso.

Recordé lo ocurrido hace unos minutos; me había pesado y no había bajado ni un mísero kilo: me frustraba tanto. Seguía mirándome en el espejo desesperado por intentar ver que mi cuerpo no es tan malo... Pero no funcionaba.

Apreté con fuerza el agarre de mis manos con mis piernas, clavando las uñas en mi piel. Sin más no pude aguantar el nudo en la garganta y comencé a sollozar levemente, escondiendo mi cabeza entre mis rodillas.

—Por qué, por qué, por qué... —murmuraba entre el llanto preguntándome cómo podía ser posible que todos mis esfuerzos para bajar peso fueran en vano.

No aguantaba más ese dolor. Casi por impulso me acerqué a mi mesilla y saqué del último cajón, mi paquete de cigarros junto a mi mechero. Ambos los escondía cuidadosamente bajo mi ropa interior.

Me llevé un cigarro a la boca y lo encendí, inhalando por completo ese humo. Las lágrimas aún resbalaban por mis mejillas con lentitud.

Lo expulsé un poco más tranquilo, no sabía en qué momento comencé a fumar para calmar mi angustia. Claro que después debía dejar un buen tiempo la ventana de la habitación abierta para que esta se airease, además de echar ambientador.

No podía permitir que mi madre supiera que su "hijito inocente" fumaba.

Miré como el humo se dispersaba lentamente por el aire, suspiré cuando vi que apenas me quedaba cigarrillo, abrí mi ventana y lo apagué en la pared exterior para luego tirarlo, el viento se lo llevó, mandándolo a quién sabe dónde.

Aquel cigarrillo sería visto por muchas personas, y nadie sabría que es el cigarrillo fumado por un menor que tiene problemas con su cuerpo y que no soporta el colegio o los comentarios de su novio.

Luego habría otros cigarrillos por ahí, algunos serían de personas que estaban pasando un buen rato con sus amigos o pareja, tal vez otros fueron fumados por trabajadores en su descanso, por madres estresadas, incluso seguramente habría algunos cigarrillos fumados por jóvenes que solo quieren parecer más rudos.

Sonreí tristemente, realmente era una bobada, pero me entristecía que hubiera personas que se dejaran llevar por lo superficial y preferían malgastar su salud para verse "guay" delante de sus amigos.

Yo por un momento fui así, acepté fumar para verme tan genial como Fred... Sin darme cuenta ahora fumo aún cuando él no está y lo hago para calmar mi llanto. Idiota, realmente eso soy.

Me levanté de mi cama, me vestí y caminé escaleras abajo con rapidez para salir de casa. Con una sudadera en la que escondía mis manos en el bolsillo central y mis cabellos bajo la capucha. Decidí ir a una de esas estúpidas fiestas que Foxy organizaba para beber y no pensar en nada más.

Tal vez me dejé llevar por la desesperación del momento, ciertamente no es que fuera tan fan del alcohol, solo me gustaban los efectos que producía: era bonito no sentirse en la mierda por unos segundos.

Y así comencé a beber sin control, le dije por teléfono a mi madre que me quedaba a casa de Golden a dormir como mentira. Estuve parte de la noche bebiendo y de la otra parte no podía recordar nada, supongo que era lo bueno y malo de emborracharse.

~Follow me, BITCH~ {Frededdy} (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora