Observando

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Bella estaba sentada en el jardín tomando un delicioso té de rosas que la señora Potts había preparado amablemente para ella

-YO PUEDO SOLO!!-se escucho un potente grito a lo lejos, entonces la hermosa chica se permitió observar hacia esa parte del jardín donde abundaban los arboles, en su parte privada del bosque, donde el antes orgulloso capitán Gaston se encontraba recostado contra un árbol (bastante exhausto) y a un lado un preocupado Lefou atento a cada movimiento del más alto.

Bella soltó un suspiro pesado, si era cierto que ella misma había ordenado el mejor tratamiento para el hombre despues del incidente con la bestia, todo para que recuperara , se lo debía era lo mínimo que podía hacer por el, después de todo, siempre la apoyo (Tal vez para ganarse su confianza y convertirla en su esposa, pero la apoyaba), cuando necesitaba ayuda o apoyo, Gaston siempre aparecía de quien sabe donde y mantenía al pueblo entero a raya para que no la trataran mal o lastimases, ademas el hombre había ido y regresado de la guerra con el único propósito de mantener su pueblo a salvo (Al menos eso fue el motivo principal la auto-proclamación y el ego fueron un extra), sin embargo aun con todo lo que el hombre había echo, se preguntaba como era que un hombre tan grande como el podía comportarse como un completo idiota, rechazando ayuda cuando claramente la necesitaba... ah si era Gaston. Aunque aun tenia que comprender como alguien tan gentil, bueno y honrado como Lefou podría aun seguir a un hombre tan... tan... tan Gaston.

-Bella, cariño que haces- Adam se encontraba a su lado, la había visto en el jardín y aprovechando que había terminado sus deberes quería pasar un rato con su prometida, pero al acercarse vio como la chica miraba intensamente a ese par, que parecían discutir sobre algo, al parecer el capitán quiera terminar su tratamiento y volver a ser el gran hombre que todos admiraban

-Observando, amor- Contesto Bella desviando la mirada hacia la antigua bestia, observando las bellas facciones de su prometido, aunque una suave risa le interrumpió su contemplación. Sorprendida admiro la hazaña del bonachón Lefou, que había logrado que Gaston se apoyara en el para seguir caminando.

Y como un relámpago que aparece en el cielo inesperadamente y ilumina todo a su paso, la naturaleza del lazo entre Gaston y Lefou llego a ella tan clara y palpable como la fina taza que sostenía en sus manos.

Sonrio complacida por esos dos.




En esta versión Gastón no muere, se salva de milagro y Bella conmovida por la preocupación de Lefou, le da los mejores tratamientos para que el cazador se recupere, mientras tanto Gastón y Lefou viven en el castillo

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora