Introducción - Acto 1

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Este es el primero. Él observa bien el cielo azul que se desliza en tu pupila, analiza tus movimientos con el tiempo que solo él posee como si se tratase de aquellas lentas y rígidas olas del mar que se balancea para ordenar la manera en que debe ser la tierra. Se ríe en seco con aquella delicadeza con la que saboreas la presa entre tus manos, aquella que estrujas como si quisieras que no volara afuera de tu alcance, como si está estuviese viva en primer lugar y la muerde tan estruendosamente que no le sorprendería si también terminarás devorándote a ti mismo con esas grandes y fuertes perlas que pueden ser tus dientes.

Te encuentra hasta cierto punto atractivo a pesar de lo gran y gordo imbécil que puede ser.

Aquel que mira (Quien hemos escrito hasta ahora) y desde la distancia perfecta en este repugnante sitio de carnicería a sus propios, y siseos cual serpientes sin veneno sea así siempre cada mañana entre sus horarios vacilantes y agitados en está su Institución...

Es un joven (así como el primero es esta introducción), de rizos encarnecidos y presencia destacable no por precisar en apariencia, sino a su capacidad de erizar la piel de aquel que escuche la más mínima palabra de su boca.

El judío de Jersey, Kyle Broflovski.

Fantasías Descritas del ayer y hoy de un Gordo CulónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora