Capitulo 2.

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— ¡PUTA MADRE! MALDITO DEMONIO DE LA MIERDA!.— Grito Allen lanzando sus palomitas al aire cuando el demonio rojo salio detrás del protagonista de la película.

Todos reventamos la risa y Caín se paro a buscar mas papas fritas.

— Eso lo limpias.— le dije a los dos pares de ojos de Allen que se veían en medio de un nudo de sabanas.

— Marica.— le insulto Caín metiéndose una palomita a la boca.

30 minutos después.

— ¡NO NO ENTRES A ESA CASA!— Grito Caín lanzándole palomitas al televisor desde atrás del mueble.

— ¡Si el hijo de puta va a entrar!— replico Van secándose las lágrimas con una servilleta.

¿Por que coño está llorando?

— ¡EL DIABLO ESTA COCIENDO!— Grito Allen corriendo por toda la sala con una sabana encima de la cabeza y una sartén en la mano.

— Se acabó — me pare del mueble y apague en televisor.

— ¡Por queeee!— lloriqueo Caín saliendo de detrás del mueble con el bol de palomitas en la mano.

— ¡No es justo!— reclamo Van llorando con una caja de servilletas en la mano.

— Sí en serio Mala te la cagaste.— se acercó Allen con el sartén y la sabana en la mano.

— ¿No les da vergüenza?— les regañe cruzandome de brazos.— 3 de los mejores asesinos de todo el Cartel, comportándose como unas maricas de 15 años.

— Marica o no amiga, estamos más buenas que tú.— contestó Caín chasqueando sus dedos en el aire y ladeando su cadera.

— Jeje, en verdad esta bien buena— dijo Allen mirando a Caín de arriba a abajo mientras hacia con sus dedos un "llámame"

— Ayyy marica— se burló Van.

— y 1 y 2— contó Allen con el pie.

— ¡Ya va, ya va!— gritó Van corriendo hasta su lado.

Los tres hicieron una columna— Y 1, 2 3 y. ¡MARICA TUUUU!— Grito Caín.

— ¡MARICA YOOOO!— contesto Van con sus manos en la cintura.

— ¡MARICA JA! JA!. AAAAAAAAAAHHH— Gritaron todos subiéndose uno arriba de otro cuando se escucho un jarrón del cuarto caerse.

— Puta madre.— dijo Allen.

— ¿Será Dylan?— preguntó Caín

— No seas imbécil — Van estrelló la mano contra su nuca... (Al fin algo coherente)— tiene que ser la bruja

Maldita sea.

Puse mi mano en mi cabeza y suspire estallando en risas.— Mejor terminemos de ver la película, en verdad me interesa saber en que concluye todo.

— ¡SI MAMI!— Gritaron todos y se acurrucaron a mi lado.

No sé que haría sin mis idiotas.

— Dos horas de mi vida perdidas. — se quejo Van.

— Si en verdad me cago en esa película— apoyo Allen.

— A mi me pareció interesante— interrumpí asomando mi cabeza desde la nevera de la cocina.

— Mala, estamos dilucidando sobre el tema filosófico de la Noche del Demonio. Termina de freír el pollo por favor.— Me regaño Caín con los lentes que le quito a un Santa que tenia de adorno encima del mesón de la cocina.

La Mala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora