mar

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Dicen que la sal cura toda herida,
¿Podría entonces, una masa ahogada en la misma, ser capaz inclusive de transmitir parte de la vivaz energía propia de ésta?

He fluido como arroyo hacia la mar, he desembocado mis ríos y penas en ella.
Me he ahogado en su salado existir y he consumido, cual humana, todo lo que en él habita,
pero
no he logrado cicatrizar,
mi enfermedad no ha curado,
no he sentido agua mar fluír por mis canales.
¿Será que acaso no soy merecedora de ni una gota de la misma?
Tal vez por pecar de consumista,
tal vez por humana, por cazar me han vuelto presa.

He sido envuelta en redes.
Despojada, arrebatada de mi agua, mi mar.
Necesito agua, dejar de ahogarme,
necesito de agua para dejar de ahogarme, respirar.

Pesa mi carencia, pesa el aire.

Mis lágrimas, pese a su sabor, salado cual mar,
Ni horas, mil horas,
ni días, mil días,
ni semanas, ni meses.
Ni mil meses, ni años de mi desconsolado fluir han de ser capaces de reemplazar ni una mísera gota de ti, mi pérdida.

Cristales, empañados.

Mi calor,
mi vida,
energía,
pulso, antes
capaces de hervir cualquier líquido y ahogar en vapor,
hoy, simplemente
simple, sola, llana y únicamente
a mi queman.
Mis ojos,
mi arder,
mi quemadura,
cicatríz, lágrima.

Ya no puedo fluir, me ahogo en un denso vapor, me ahogo en penas.

Muero,
muero de sed,
muero a tu falta,
sedienta ahogada en la mar tortuosa que es tu carencia,
sola,
sólo, sólo, sólo y solo
aire.

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