¡Perversión!
Expulsiones abortivas y horripilantes sensaciones de dolor y sufrimiento...
¡Te Odio...!
Te odio con todo el amor que le pudiese brindar a alguien. Lo tuviste en tus manos y lo echaste a perder, como el agua que chorrea en nuestras manos cuando en un fallido intento tratamos de conservarla intacta.
Te fuiste, y con tu partida te llevaste gran parte de mi vida, mi tiempo y de mi amor...
Sádicas emociones de cariño, emociones perversas que dirigen mi vida directo al abismo...
Cai, cai y raspe mis rodillas. Menos mal que un par de rodillas raspadas sanan más rápido que un corazón roto y astillado.
¡Te Amo Con Todo El Desprecio Que Aun Me Demuestras...!
¡Vete!
Vete y sé feliz con él, yo me quedare a la orilla de un río a pensar en el momento justo en el que lo nuestro empezó a extinguirse...
Sentimientos plásticos que alguna vez se derritieron por el calor de tu ausencia.
Emociones abstractas que se deformaron con el tiempo. Sentimentalmente iluso y emocionalmente inestable.
¡Vete!
Tomadlo a el de la mano y no desperdicies ni un solo segundo, ya derrochaste suficiente tiempo conmigo.
Aquellos pensamientos gangrenosos que defecan mis recuerdos se han convertido en putrefacción interna y odio.
Cortesía ( no es mio)
